Lo ha hecho a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores. Este condenó los ataques de Israel contra instalaciones civiles en la Franja de Gaza. Lo hizo de esta manera: “El Gobierno de México condena y lamenta que prosigan los operativos israelíes en contra de escuelas y otras infraestructuras esenciales en la Franja de Gaza”.
Y añadió: “Dichos ataques han costado múltiples vidas de civiles inocentes y resultan totalmente contrarias al derecho humanitario internacional”. También llamó a lograr un alto al fuego y comenzar negociaciones para solucionar el conflicto.
Esto choca mucho con la afirmación hace unos meses del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando expresó que su gobierno no rompería relaciones con Israel, el verdugo del pueblo de Palestina, cuyas agresiones, al parecer, tanto le duelen al Ejecutivo mexicano. Si es así, ¿por qué alimenta al Estado genocida con el mantenimiento de las relaciones?
La rotura de estas no es un ejercicio irrealizable; otros gobierno ya lo han hecho.
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