«El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y el ser humano»
– Karl Marx –
A las puertas de una nueva crisis económica que late fuerte en el corazón de occidente, comienza la demagogia de los que, como siempre, pretenden salir ganando.
Varios son los hechos que constatan la realidad de la crisis.
Desde julio de 2022, el BCE no ha parado de aplicar subidas a los tipos de interés como medida para frenar la inflación, situándose a día de hoy en el 4’50% – tras la reciente nueva subida – y con expectación de si seguirán subiendo [i].
El recorte de producción de petróleo anunciado por la OPEP el pasado mes de abril ha hecho alcanzar el precio más alto del barril de Brent (el de referencia en Europa) desde noviembre de 2022[ii], colocándolo en 93$, un 28% más que en mayo. Viendo la clara tendencia alcista, algunos ya pronostican que pueda alcanzar los 120$, con la influencia que conlleva en los precios del resto de bienes y servicios y por lo tanto en IPC, inflación, etc.
No olvidemos la quiebra de varios bancos durante el mes de marzo en EEUU, Silvergate Bank, Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank, este último absorbido por JP Morgan. Estas quiebras no se veían desde la crisis de 2008 con el banco Lehman Brothers como la gran quiebra de entonces [iii].
Esto no es ajeno al estado español, con un 7% de pérdida de poder adquisitivo respecto a 2008, año de la última gran crisis. Muestra de ello es que comprar ciertos productos de uso común como el aceite de oliva se vuelve un lujo en muchos hogares españoles. En cuanto a la inflación, en España ha incrementado un 12% de julio de 2021 a julio de 2023. El aumento de la misma sigue su curso, por mucho que se empeñen en mal decir que la inflación ha disminuido en 2023 en comparación con 2022[iv].
Y podríamos seguir así enumerando hechos que apuntan en una misma dirección: la crisis económica es postergable en el corto-medio plazo, pero inevitable. Esto tampoco se les escapa a los que dictan qué se hace en el mundo y saben que el margen de movimiento que tienen se estrecha.
Primero la culpa fue de Putin y de la guerra en Ucrania, era lo más fácil de decir para la UE, pero viendo el camino que ha llevado la economía rusa (a pesar de sanciones de todo tipo) y la seguida por los principales países del viejo continente, la gente empezó a dudar del relato.
Las crisis económicas son sistémicas, es decir, inherentes al propio sistema capitalista. Ante tal crisis, las empresas deben de reestructurar su capital para seguir obteniendo ganancias. Para que se de tal reestructuración sin generar protestas en la calle, la consigna dada es ligarlo todo al clima y al planeta, es decir, enmascarar y escudar las políticas venideras de la crisis económica en luchar contra la crisis climática, de manera que esta se convierta en prioridad total.
Puesto ya el foco en “salvar el planeta”, ¿Qué ser humano iría en contra de esto? ¿Quién querría dejar un planeta peor para sus descendientes? ¿Cómo sería de egoísta uno mismo si protestara ante políticas de recortes pero que velan por el futuro de la especie en este planeta?
Pues en esta trampa nos encontramos, las multinacionales y los gobiernos están moviéndose a favor de este viento, lo que llaman el “capitalismo verde”.
Grandes empresas como Repsol se están deshaciendo de sus activos de gas y petróleo mientras apuestan por energías renovables como la solar[v]. Y esto no lo hacen porque ahora les haya entrado conciencia de algún tipo, sino porque la tendencia actual del ecologismo es un caballo al que subirse para seguir aumentando sus márgenes de beneficio.
Este nuevo nicho de mercado poco explotado, ha hecho que las grandes multinacionales pongan sus ojos encima y empujen a los gobiernos nacionales y en general a una gran mayoría de partidos políticos a establecer en sus programas “políticas verdes”. Estas políticas no son más que lo que siempre ha sido el capitalismo, acumulación de capital hasta la concentración en pocas manos, a través de la generación de plusvalía que le arrebata al trabajador y acuerdos ventajosos con entidades gubernamentales en cuanto a ayudas fiscales o de cualquier otro tipo.
Sirva de ejemplo, las recientes declaraciones de Tim Gurner el CEO de Gurner Group, donde expone que: «Necesitamos que aumente el desempleo. En mi opinión, el desempleo tiene que aumentar un 40 o 50 por ciento. Necesitamos ver dolor en la economía. Necesitamos recordar a la gente que trabajan para el empleador, no al revés». “Los gobiernos de todo el mundo están tratando de aumentar el desempleo para lograr algún tipo de normalidad. Estamos empezando a ver menos arrogancia en el mercado laboral y eso tiene que continuar”. Eso sí, en la propia página web de Gurner Group puedes ver que son respetuosos con el medio ambiente, utilizando energías renovables y neutral en huella de carbono, mientras dejan para los trabajadores toda su crueldad [vi].
Porque no dudemos que con estas “nuevas políticas verdes” los gobiernos tendrán la excusa perfecta para llevar a cabo cualquier medida impopular con el pretexto del cambio climático. Nadie duda que habrá recortes, pero no será para el enriquecimiento de unos pocos, sino por el bien de La Tierra. Por supuesto que habrá un empobrecimiento generalizado y una emergencia social acuciante, pero pasarán a llamarse “coliving”, friganismo, etc. y serán vendidas como tendencia. De repente tu coche será lo más contaminante del mundo y su huella de carbono intolerable, serás el culpable de cualquier catástrofe climática y te hostigaran a endeudarte para comprar un coche eléctrico de 40.000€ y ser respetuoso con el medio ambiente, pero no pienses en los beneficios que obtendrá el sector automovilístico, eso será mera casualidad.
Todo este compromiso de los poderosos con el clima no viene de ahora. Margaret Tatcher ya estuvo detrás de donaciones económicas a la Royal Society y de la creación del IPCC de la ONU para que alertaran del problema que suponía el CO2 en su intención de cerrar minas y potenciar la energía nuclear, es decir, intereses puramente económicos.
Alertar de esta farsa, no quiere decir que se alimente y de alas al negacionismo de cualquier tipo, pero no caigamos en discursos vacíos y pongamos en perspectiva de base científica la realidad del cambio climático y la utilización del mismo por parte del gran capital, siendo además este el responsable directo del mismo por los modos y relaciones de producción que alberga.
No dejemos que bajo el falso testimonio de que protegen el planeta y miran por el mejor futuro posible impongan políticas en las que, una vez más, el pueblo pierda.
[i] https://insurgente.org/el-bce-recrudece-su-guerra-social-contra-el-pueblo-europeo/
[ii] https://www.bolsamania.com/noticias/pulsos-mercado/petroleo-toca-maximos-10-meses-temores-oferta–14674884.html
[iii] https://cnnespanol.cnn.com/2023/03/17/crisis-bancaria-global-que-es-causas-recesion-explainer-trax/
[iv] https://insurgente.org/lucas-brett-la-inflacion-repunta-dos-meses-consecutivos-y-deja-claro-que-nunca-se-fue/
[v] https://www.publico.es/economia/repsol-entra-negocio-eolico-terrestre-eeuu-desprende-activos-petroleo-gas-canada.html