En diciembre del pasado año se aprobó en el Congreso de los Diputados la Ley de eficiencia del servicio público de la Justicia. Esta ley, conocida como ley contra la ocupación y que permite aplicar desahucios de manera exprés, fue aprobada con los votos favorables del PSOE, Sumar, PNV, Junts, ERC, Podemos y EH Bildu.
EH Bildu dijo que sus votos favorables los había emitido “por error”; sus argumentos para justificarlo no fueron nada convincentes. La portavoz esta coalición en el Congreso, Mertxe Aizpurua, expresó que se reuniría con colectivos que se vieran afectados por el “error” para mostrarles sus disculpas y su compromiso para intentar revertir su “error”. Pero resulta que no contactó con ninguno, y de revertir el “error” nada de nada. La ley fue rechazada en el Senado y tuvo que ser nuevamente sometida en el Congreso. En esta ocasión EH Bildu volvió a votar favorablemente, demostrando que su supuesto error fue una falacia.
Ione Belarra, por su parte, anunció un gran logro que nunca existió. Dijo que se suspendían los desahucios a las personas vulnerables y que mantenían las ayudas al transporte por seis meses. Su acuerdo se ha quedado en papel mojado.
Karla Pisano, portavoz del Sindicato Socialista de Vivienda de Euskal Herria lo expresa de esta manera:
Aquí… Esperando a que Mertxe Aizpurua venga a disculparse con los colectivos afectados por el decreto antiokupa que aprobaron «por error» y a que Ione Belarra reconozca que lo que acordaron con Sánchez se ha ido, una vez más, por el retrete.
Cosas de la vida, EH Bildu se confundió al votar a favor del decreto que penalizaba más algunos casos de ocupación. Aizpurua dijo que hablaría con los colectivos afectados y en los Sindicatos de Vivienda se nos ha enfriado el café que le teníamos preparado.
Podemos, por su parte, se felicitaba por haber conseguido un acuerdo con el PSOE que invalidara ese mismo decreto. Algo que incluyeron en el ómnibus, que no se aprobó y que Sánchez descartó sin mayor problema en su acuerdo con Junts (que rechazaba cualquier medida pro-okupa).
¿Saldrá alguien a hacer autocrítica? ¿A decir que no ha servido de nada? No. Lo que vale es el titular. La autocrítica que importa es aquella de la que pueda sacarse rédito electoral (como la disculpa de Aizpurua). Todo lo demás es innecesario. Así es la política parlamentaria…