El presidente de la Autoridad Nacional de Palestina (ANP) es, como sabrán, Mahmoud Abbas. Pero lo llamativo de esta frase es que la autoridad de esa Autoridad y su presidente está, más que en el suelo, en el subsuelo. La autoridad a un presidente se la tiene que conceder el pueblo, y el pueblo de Palestina hace mucho tiempo que se la retiró, si es que en verdad alguna vez se la hubo otorgado.
El pueblo palestino sabe que Abbas y su camarilla son unos corruptos y, lo peor (o lo mejor, en definitiva), es que sabe también que es un presidente y una institución entreguista. Los gobiernos occidentales están encantados con un presidente y una Autoridad semejante. No sienten el mismo encantamiento con la verdadera resistencia palestina, ni con la pacífica y con la armada. Pueden imaginarse por qué.
Mahmoud Abbas ha expresado en la Asamblea General de la ONU (AGNU) que “Hamás y otras facciones tendrán que entregar sus armas a la Autoridad Nacional Palestina como parte de un proceso para construir las instituciones de un Estado, una ley y una fuerza de seguridad legal”. Y ha añadido: “Reiteramos que no queremos un estado armado” (lo sabemos, quiere uno que agrade a occidente) y que “rechazamos lo que Hamás llevó a cabo el 7 de octubre… estas acciones no representan al pueblo palestino, ni representan su justa lucha por la libertad y la independencia”.
¿Creerá que él y la institución que preside sí representan al pueblo? ¿Desde cuándo no ha celebrado elecciones?
También ha acusado a Israel de genocida (faltaría más, algo al respecto tenía que decir) y ha expresado que “más del 80 por ciento de las casas, escuelas, hospitales, iglesias, mezquitas, instalaciones e infraestructura” habían sido destruidas, calificándolo de “crimen de guerra y crimen contra la humanidad”.
Cabe preguntarse: ¿Y qué ha hecho él y su Autoridad Nacional Palestina para tratar de evitarlo? La respuesta es muy sencilla: NADA. Si ha movido algún dedo ha sido para intentar desarmar a los grupos de la resistencia en Cisjordania para contentar a los históricos enemigos del pueblo de Palestina.
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