Como ya va siendo tradición del Aberri Eguna, este año también han saltado contra GKS los típicos chovinistas españoles, algunos de ellos disfrazados de comunistas. Este año, además, con el agravante de que lo han hecho un día después de que los militantes de GKS hayan sido apaleados y detenidos por la policía y criminalizados por los medios. Muy comunistas, pero poca solidaridad y mucha «crítica». Si esta es la forma de algunos de tender puentes y acercar posiciones entre comunistas la llevamos clara. Tampoco me sorprende, la verdad.
Total, este año se han llevado las manos a la cabeza, entre otras cosas, porque han leído la traducción del tuit de GKS donde se dice que para la defensa del patrimonio cultural y su desarrollo apostamos por la construcción del socialismo a escala internacional.
Según ellos esto supone la defensa de la cultura nacional-burguesa.
Antes de nada, para entender el tuit y el cartel de GKS, enlazo la lectura de EHKS que proporciona el contexto necesario a la reivindicación del Euskal Estatu Sozialista.
Primero, claro que el Movimiento Socialista (MS) sabe que la cultura nacional o la cultura vigente hoy en día en Euskal Herria (EH), como en prácticamente todas partes del globo, es burguesa. Es por ello que la base de nuestra estrategia es la táctica cultural, nuestra actividad está orientada a crear una nueva cultura entre el proletariado vasco: una nueva forma de interpretar el mundo, identificar la coyuntura histórica, identificar injusticias, proponer soluciones políticas… Es decir, crear la posibilidad real de hegemonizar el comunismo haciendo avanzar la conciencia socialista.
Esa es la apuesta por una nueva cultura que hace el MS, dejando atrás los elementos burgueses que hegemonizan la visión del mundo de las masas. Un claro ejemplo de ello es el nacionalismo que es hegemónico en algunos sectores de EH: la falsa conciencia de que la construcción de un estado-nación capitalista es la solución a la opresión nacional y a los diversos problemas económico-sociales de los trabajadores. Al contrario, el MS apuesta por educar a las masas en el internacionalismo, en la apuesta de unir a la clase trabajadora más allá de las fronteras nacionales, apostando por crear un partido comunista, mínimo, por cada bloque geoestratégico, que a su vez se desarrollen en estados-comuna supraestatales, convirtiéndose en las herramientas políticas principales para ejercer la dictadura del proletariado.
Ahora bien, ¿el internacionalismo supone una homogeneización cultural-identitaria del proletariado y con ello una ruptura absoluta con todos los elementos de la vieja cultura? No. Si el socialismo-comunismo se convertirá en realidad será gracias al desarrollo de los elementos que están dados en la realidad, su potencialidad existe de facto, sino el comunismo es algo totalmente idealista e imaginario, una especie de sociedad perfecta a implantar un día D, que nunca llegará, por cierto.
Es más o menos en esa dirección como asume el MS la defensa del patrimonio cultural, no de la cultura nacional en general, ni tampoco reivindicando una autonomía nacional hacia todo lo demás o la construcción de un estado-nación separado del resto, sino como la apuesta de la construcción de un estado-comuna supraestatal, pero como una especie de reconocimiento a cientos de años de opresión que ha sufrido la comunidad euskaldun y, en concreto, como la posibilidad real a la autodeterminación de la comunidad-proletaria euskaldun. Es decir, que por ejemplo el Euskera se entiende como una riqueza universal, una especie de patrimonio de la humanidad a cuidar y a respetar, creando condiciones (socialismo) para su libre desarrollo y no un obstáculo a superar en una supuesta homogeneización (¿españolización?) del proletariado. Además de estas, y otras, cuestiones de principios, es idealismo puro pensar que el comunismo puede avanzar en EH obviando los elementos culturales específicos de aquí y sin una apuesta por la superación de la opresión nacional.
Yo también quiero citar un texto de Lenin, que parece que en este sitio rarísimo llamado X los argumentos no valen nada si antes no lo ha dicho él. Dicen varios autores estudiosos de Gramsci que hay una intervención de Lenin (en el IV Congreso de la III Internacional) que marcó profundamente el pensamiento de Gramsci y que a mí también me gustó cuando lo leí. En ella Lenin alerta de los peligros de la rusificación de los partidos comunistas e insiste en la importancia de adaptarse cada partido a sus condiciones concretas. Algo así plantearía el MS.
Una última cosa, es un poco raro acusar de nacionalismo y chovinismo a una fuerza política que últimamente ha hecho bastante más por unir a los trabajadores de diferentes naciones que las organizaciones por las que se lanza la «crítica».