Nueva cita electoral sin que se explique con claridad, qué es y dónde está la izquierda. Pese al esfuerzo ímprobo de las terminales mediáticas, los dirigentes políticos que se auto convencieron que son la «izquierda», no parecen que vayan a crear en las próximas horas una marea humana de votos en los barrios populares, en los sectores obreros, entre los estudiantes. Las dos señas de identidad que utilizan para prostituir la palabra son: no cuestionar el capitalismo (¿han oído algo en esta campaña de atacar de raíz el sistema?¿no será que están tan a gusto chapoteando en él que ni se les ocurre?) y convecerse/nos de que las cosas se cambian desde dentro, con leyes favorables y con paz social, mucha paz social que anule la lucha de clases.
Viendo el panorama, es obvio que cada uno/a debe hacer lo que la razón le dicte, por ejemplo, votar al PP para frenar a Vox, votar al PSOE para frenar al PP, Votar a IU/Podemos/Bildu/ERC/Compromis…, para reforzar al PSOE, o sencillamente abstenerse si ve que en su municipio no tiene a quién. La monserga del sistema y sus loros, de que si no se vota, no se tiene derecho a protestar o no hacerlo favorece a la derecha (¿a cuála?), se destruye sola, no hace falta ni gastarse en dialéctica.
Que sea leve.