En las calles de Barcelona las muertes de personas sin hogar aumentaron en 2024 con respecto al año precedente. Según información facilitada por Fundació Arrels, en 2024 fueron 84 las personas fallecidas, 29 más que en 2023.
Dicha fundación llegó a atender el pasado año a 3.176 personas e intensificó su presencia en la calle con más de 7.200 visitas, pero la situación de este problema es tan insostenible que las capacidades de las entidades sociales están desbordadas.
Las causas de este problema, inherente al capitalismo, sistema que favorece a un puñado de parasitas personas a costa del sufrimiento de muchas, son estructurales y reflejan el impacto de la crisis económica sobre la clase trabajadora. El aumento de la miseria extrema afecta gravemente a miles de vecinos de Barcelona; también de otras ciudades y pueblos de todo el Estado español.
Señala Arrels que la mayor parte de las personas que atienden son hombres (89%), pero las mujeres (el 11%) también se ven obligadas a enfrentar la dureza de la vida en la calle. La situación de estas últimas a menudo se agravada por el insuficiente acceso a servicios sanitarios, especialmente en salud mental y adicciones.
La citada fundación ha expuesto que durante 2024, acompañó a 404 personas a estos servicios, un 21% más que en el 2023. Estas cifras ponen en evidencia las carencias del sistema público de salud para atender a los estratos más depauperados de la clase trabajadora.