Durante su visita a Moscú, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la firma de un nuevo tratado de cooperación estratégica con Rusia, que elevará las relaciones bilaterales al «máximo nivel». En declaraciones junto al presidente Vladímir Putin, Maduro explicó que este acuerdo marcará la hoja de ruta para los próximos diez años en áreas clave como energía, tecnología, agricultura, salud y defensa. El mandatario venezolano destacó que ambos países están comprometidos con la construcción de un mundo multipolar, más justo y sin hegemonismos.
Como gesto simbólico del fortalecimiento de la alianza, Maduro mostró un fusil del Ejército Rojo que le fue obsequiado por las autoridades rusas durante su visita. El arma, según explicó, perteneció a un combatiente soviético de la Segunda Guerra Mundial y será conservada como una pieza histórica en Venezuela. «Nos lo llevamos con mucho respeto y admiración», señaló, subrayando el valor histórico y político del regalo en el contexto actual de confrontación con Occidente.
En otro momento de su intervención desde Moscú, Maduro cargó duramente contra el Gobierno ucraniano, calificando a Kiev como la «capital mundial del nazifascismo». En su opinión, el conflicto en Ucrania no es una guerra entre dos países, sino una confrontación directa entre Rusia y la OTAN, donde esta última actúa como agresora al expandirse hacia el este. Maduro expresó el respaldo total de Venezuela a la operación militar especial de Rusia y acusó a Estados Unidos de querer imponer un modelo unipolar por la fuerza.
Finalmente, el presidente venezolano defendió que la alianza con Rusia es parte de una lucha global por la autodeterminación, el respeto a la soberanía de los pueblos y la justicia internacional. En su visión, esta relación estratégica representa una apuesta por un nuevo equilibrio mundial donde el Sur Global tenga un papel protagónico frente al dominio de las potencias occidentales.