La Unión Europea (UE) ha vuelto a dar fehacientes muestras de su carácter fascista. Todo gobierno que no se le someta ya es diana de sus dardos envenenados. Siempre defenderá a los intereses de sus jefes supremos (el gran capital) en detrimento de los pueblos.
Sus injerencias respecto a Venezuela bolivariana siempre han sido mayúsculas; ahora es más de lo mismo, cuando ha llegado el caso de la golpista María Corina Machado. A Juan Guaidó, como recordarán, lo reconocieron. La desfachatez de la institución mencionada es manifiesta.
La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela ha declarado “persona non grata” a los eurodiputados que interfirieron en los asuntos internos del país suramericano.
En una resolución del Parlamento Europeo que salió adelante con 446 votos a favor, 21 en contra y 32 abstenciones, los eurodiputados subrayan que la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) de inhabilitar a la opositora María Corina Machado carece de fundamento jurídico, y condenan la injerencia de lo que ellos llaman “dictadura de Nicolás Maduro” en el proceso electoral.
La AN ha denunciado que “para el Parlamento venezolano este acto constituye una grosera injerencia en nuestros asuntos internos e irrespeto a lo consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, representando una nueva escalada de agresión en contra de la paz y la estabilidad política en el país”.
Con esta medida, asegura la Asamblea Nacional, la Eurocámara pretende resurgir el carácter “colonialista y supremacista, decaído y disminuido en Europa y el mundo”, lo que “viola y desconoce los principios del Derecho Internacional” sobre el “respeto a la independencia, soberanía y autodeterminación del pueblo venezolano”.