La Revolución bolivariana ha tenido nuevamente la astucia de poner a cada uno en su sitio. Los partidos, organizaciones y el coro mediático del régimen capitalista occidental se han volcado antes, en y después en apoyo a la oposición. Ya lo hicieran en su día con Leopoldo López, Guaidó y ahora Corina Machado.
En realidad les da igual el nombre, lo que quieren es que las empresas a las que obedecen, y que practican el ultraje, el expolio y el robo, se hagan de una vez con Venezuela, Y para ello no escatiman, ponen sus enormes poderes mediáticos al servicio de la causa. Así podemos ver como respetados demócratas de media vida se alían con la extrema derecha, el fascismo, y quien haga falta, para derribar al gobierno venezolano.
Los mullidores de este operativo lo hacen desde Miami (nido de ratas desde tiempo inmemorial), y desde Madrid, donde conocidos millonarios venezolanos se «asilaron» y, al amparo de los Ayusos, manejan buena parte del negocio especulativo-inmobiliario. Son los mismos que estuvieron meses apelando a la necesidad de que veedores internacionales acudieran a ver el proceso electoral porque, decían, iba a haber un gran fraude. El resumen es que si no ganaba la extrema derecha había trampa. Es decir, el argumentario no varía, es siempre el mismo, Y allá fueron más de 700 emisarios a controlar los comicios (hace pocas horas han firmado un documento donde expresan la total transparencia del sistema electoral venezolano y la falta de incidencias destacadas en la jornada electoral. Sin trascendencia en los medios). Al comprobar que por ahí no se podía hacer nada, el fascio acude ahora a «las actas», y pide al CNE que las haga públicas. El capitalismo y sus prebostes, como dioses supremos, van a sentenciar qué es legal, qué democrático y qué transparente; desde la imperial UE (la misma que es corrida de África por explotación y hurto de los recursos naturales ajenos) se dan órdenes a Venezuela, olvidando que se trata de un país soberano. La consigna Maduro es el malo, el dictador, y la oposición (da igual que sea dirigida por los Vox´/Milei de Caracas) es la que tiene que gobernar. Estar en la misma trinchera que la extrema derecha pidiendo actas y apoyando a Corina es inolvidable. Unos en una trinchera y el pueblo en otra. No se distraigan, su decadencia va a seguir dando titulares.