Todo parece que al presidente de Brasil, Lula da Silva, le gusta meter las narices donde nadie le llama. En un ejercicio claro de burda injerencia, sugirió ayer convocar nuevas elecciones en Venezuela como una medida para salir de la crisis poselectoral que atraviesa el país.
En el colmo de su injerencia, Lula expresó que el gobierno venezolano debe publicar los cómputos de la votación, que no han sido divulgados. «Maduro sabe que le debe una explicación a Brasil y al mundo», dijo Lula.
Y no sólo eso, ya que también propuso la creación de un «gobierno de coalición» para solucionar la crisis provocada por la oposición, que se niega a reconocer su derrota. ¿Alguien cree en su sano juicio la viabilidad de un Ejecutivo formado por chavistas y fascistas pro yanquis? Sólo Lula, que parece que en su país todo va bien y tiene que meter la narices en otro para no aburrirse.
Lula lo dijo de esta manera: «A Maduro todavía le quedan seis meses de mandato. Si tiene sentido común, podría intentar hacer un llamado al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar nuevas elecciones, establecer criterios para la participación de todos los candidatos, crear un comité electoral no partidista en el que todos participen y dejar que los observadores todo el mundo entren. Un gobierno de coalición con la oposición podría ser una solución”.
La iniciativa de las nuevas elecciones ha sido respaldada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que junto a Lula ha venido exigiendo durante todos estos días la presentación de las actas, y el inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden. Sólo el respaldo interesado del jefe del imperialismo mundial es suficiente para rechazar la propuesta.
Por su parte, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, expresó que «Venezuela tiene soberanía y es un país independiente». «Yo no práctico la diplomacia de micrófono, no lo practico jamás». Y añadió: «Si no, uno se convierte en consejero de los demás países».