Se fue empoderando mientras a nuestra sociedad la iban desintegrando entra la violencia y la hambruna, la explotación y la desesperanza.
El negacionismo pretende invisibilizar el Terrorismo de Estado y las graves violaciones a los Derechos Humanos.
El negacionismo y la impunidad son la base necesaria para continuar con el saqueo a nuestro pueblo: Social, Económico y Cultural.
El monstruo Genocida no sale de repente de una cueva oculta en algún lugar recóndito de la tierra. Ese monstruo hoy se muestra con gran descaro, y si lo hace es porque se le dio un lugar:
Ante cada avanzada negacionista.
Ante cada accionar del aparato represivo en «Democracia»: fusilando, torturando y desapareciendo de forma Forzada a personas.
Ante cada maniobra de discriminación y criminalización al pueblo.
Ante cada pedido de baja de punibilidad de niñxs.
Ante cada reacción represiva de las demandas del pueblo.
Y de esto son responsables los diferentes Gobiernos Constitucionales, que poco a poco debilitaron la democracia y la memoria colectiva. Democracia y memoria que nacieron y se fortalecieron por la organización y lucha de madres, abuelas, hijxs y nietxs atravesadxs por el horror de ese monstruo genocida.
Ese monstruo que arrasó por allá, por la década del 70′ y que hoy nos interpela obligando una reacción, una organización y un ejercicio de Memoria Activa: que recuerde el genocidio, así como también las muertes perpetradas por el aparato Represivo del Estado en «democracia».
EL NEGACIONISMO AVANZA
«Los DDHH son para todos. Invocar la democracia y a los DDHH sin dejar que podamos expresarnos o ejercerlos es la muestra más acabada de que son violentos, autoritarios y nos creen ciudadanos de 2da. Mi abrazo a todas las víctimas del terrorismo que son sometidas a este destrato» decía Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta de Javier Milei, y convocante del acto en la Legislatura porteña reivindicando la última dictadura genocida.
Una gélida y acartonada convocatoria de organizaciones sociales, políticas, gremiales y de DDHH, se dio alrededores del acto negacionista para repudiar otro avance político en el discurso fascista reivindicativo a los genocidas.
Queda en evidencia la necesidad de radicalizar las acciones políticas, y encontrar nuevas dinámicas que permitan abandonar la lógica del marchodromo, comunicados interminables, el termo y el mate junto a la degustación gastronómica, para realmente disputar las calles.
La falta de audacia política en los sectores que luchan, el desinterés y la resignación social, la complicidad estatal que contiene, sostiene y soporta los discursos de odio y celebra, ahora, en una legislatura con total impunidad; son algunos de los elementos para empezar a entender la siesta de algunos, y el avance negacionista que sueña con botas y balas para los mismos de siempre.
(Matanza Viva)