Son las cosas de la monarquía, institución antidemocrática donde las haya. En el caso de la española con el agravante de que fue el dictador Franco quien la impuso (primero a Juan Carlos y tras él a su hijo).
El no haber sido votado, no le impide al Borbón hablar de democracia en las Cortes y donde haga falta. Lo ampara la Constitución del régimen del 78, y el aval del PPPSOEVOX que en estas cosas caminan juntos. Faltaría más. La prensa afín se desvive en entusiasmo hacia el Jefe de Estado. Hacia él no hay crítica, ni sospechas, ni dudas: es intocable y perfecto, y lo que sale del erario público en un más que generoso sueldo bien ganado lo tiene. Y el sueldo de su mujer, la ex presentadora del Telediario, también.
Hace unas horas inauguró una nueva legislatura y tiene entre su objetivo el dejar a su hija Leonor la corona. Los diputados y diputadas que se dicen republicanos y que estuvieron presentes en el acto borbónico es imposible que nos representen.