Sumando las víctimas no contabilizadas, la cifra confirma que el Mediterráneo es un auténtico cementerio de personas pobres que buscan con desespero una vid. El informe de Caminando Fronteras da a a conocer que más de 6.600 migrantes murieron en 2023 intentando llegar a las costas españolas, un 177% más que el año anterior. Del total de personas migrantes fallecidas en el mar en 2023 tratando de llegar a España, 363 eran mujeres y 384 niños y niñas.
Del total de fallecidos, la gran mayoría, 6.007, murió en la ruta atlántica hasta Canarias, mientras que 434 personas perdieron la vida en la ruta argelina del Mediterráneo occidental; 147 migrantes, en el Estrecho de Gibraltar y 30, en la ruta de Alborán.
Una media de 16 personas perdieron la vida cada día intentando llegar a Canarias en pateras o cayucos, cifra sin precedentes que triplica los registros del año anterior, cuando perecieron en la misma ruta 1.784 migrantes.
«A pesar de lo terrible de estas cifras, sabemos que son más», ha advertido la coordinadora de la investigación, Helena Maleno, en una rueda de prensa para presentar el estudio.
Además, ha achacado este incremento de la mortalidad a las políticas de control migratorio en las que «se prioriza el control de fronteras» sobre «el derecho a la vida» y al hecho de que «se ha establecido la omisión del deber de socorro como una práctica».
En concreto, Maleno ha denunciado que «no se activan los medios de búsqueda y rescate» o se hace «demasiado tarde», cuando en algunos cayucos van 300 personas, «es como un accidente de avión», ha asegurado antes de denunciar: «No se hace el operativo que se haría si fuese un crucero. Es terrible».
Las personas que murieron en las rutas migratorias en su intento de llegar a España procedían de 17 países, según señala en su informe la organización.
Maleno ha denunciando que el «día a día de la frontera» son «muertes evitables» y la «omisión del deber de socorro». Los datos que este martes publica la organización «son para las familias de las víctimas de las recuerdan, para las comunidades migrantes que las tienen en su memoria».