Es sabido que los medios del régimen reciben mucho dinero de las instituciones del Estado. El dinero público mantiene a las empresas privadas mediáticas para que el mensaje del sistema sea servil a los intereses de la clase dominante. No hay excepciones, los partidos que gobiernan, usan el dinero de todos para comprar altavoces y que las noticias se hagan y digieran a su conveniencia. El método es sencillo, la prensa factura por campañas (de uso de la bicicleta o de cuidado del medio ambiente, por ejemplo) institucionales y pone dos anuncios. El maldito Estado regando a empresas que, por supuesto, obedecen a un ideario reaccionario.
Un ejemplo absolutamente descarado se ha producido hace unas horas en Galicia, donde se confirma que la Xunta (PP) dará un millón de euros a los medios de comunicación (llamémosle así), a pocos días de las elecciones regionales. El trato y difusión de los contenidos para con el PP, será igual al que recibe el PNV en Euskadi o a ERC/Junts en Catalunya. No hay novedad, pero en demasiadas ocasiones olvidamos este «detalle» cuando leemos «informaciones». Por cierto, Israel sabe mucho de esto en el ámbito internacional.