No hace muchos meses la cúpula del régimen encabezada por los reyes y lo más floreado del empresariado y sus medios de comunicación, acudieron al llamado a un sarao del ABC. Un diario que fue defensor acérrimo del franquismo y más antes del propio Hitler. Ahora es un medio conservador a secas con el blanqueamiento histórico correspondiente. Su anticomunismo propio de los años cuarenta del siglo pasado se ve cada día.
Hoy, a cincuenta años del golpe fascista contra el gobierno de la Unidad Popular de Chile, culpan a Salvador Allende de lo ocurrido. Una provocación rayana en la burla a la memoria, con frases como «Un cruento golpe de Estado acabó con las ilusiones de quienes pensaban que la dictadura del proletariado podía ser compatible con la democracia liberal»