Han sido varios medios estadounidenses quienes lo han anunciado. El canal televisivo CNN, por ejemplo, ha informado que Biden estudia seriamente transferir a Kiev bombas de racimo. Cabe subrayar que el uso de estas bombas están prohibidas por tratados internacionales.
Al parecer, siempre según las mismas fuentes, ese material de guerra prohibido podría ser transferido al ejército ucraniano el mes de julio ya el próximo mes. La revista estadounidense Foreign Policy informó antes que varios congresistas exigieron a Biden entregar bombas de racimo a las tropas ucranianas.
Más de cien países prohíbe el uso de municiones de racimo, pero, como se sabe, el gobierno imperialista yanqui siempre ha hecho lo que ha creído más oportuno en el intento de conseguir sus usurpadores propósitos. Y, para ello, nunca ha duda en recurrir a la violación del derecho internacional. Nunca ha sido sancionado por ello.
Se debe recordar que la bomba de racimo es un arma extremadamente letal que contiene múltiples submuniciones explosivas o bombetas. Estas bombas suelen lanzarse desde aviones o dispararse desde tierra o mar, abriéndose en el aire para liberar decenas o centenares de submuniciones, que pueden saturar un área del tamaño de varios campos de fútbol, o de más de 300 metros.
Explicaciones vertidas por los expertos aseguran que cuando las bombas de racimo se dispersan pueden mutilar y matar a civiles y tienen un alto porcentaje de fallos, por lo que los artefactos sin estallar suponen un peligro durante años, luego de finalizados los conflictos.