Los medios occidentales se han volcado en otorgar a Rusia la autoría del ataque al hospital infantil Ojmatdet de Kiev. Ya se sabe, una mentira repetida una y otra vez, la convierten en “verdad” para muchísima gente, aunque esta “verdad” siga siendo mentira.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha confirmado que el impacto de un misil del sistema antiaéreo Nasams contra el mencionado hospital infantil es un hecho. Pero no es como nos lo ha contado falsimedia.
Zajárova ha publicado en su canal de Telegram que “como ha ocurrido muchas veces con el sistema de defensa antiaérea ucraniano, sus misiles se desviaron de su trayectoria y alcanzaron edificios residenciales e instituciones sociales”. Es decir, la destrucción del hospital y la muerte de no pocas personas la provocó el ejército ucraniano, no el ruso, como pretenden hacernos creer.
Zajárova ha añadido que “en la cancillería ucraniana no tardaron de acusar a Rusia de matar deliberadamente a niños. Al mismo tiempo, nadie mencionó que al lado de la clínica afectada está la planta Artem, y a poca distancia se encuentra un complejo de edificios del Ministerio de Defensa y almacenes del ejército”.
También ha expresado que “por supuesto, nadie mencionó que los seguidores de Stepán Bandera colocan deliberadamente sistemas de defensa antiaérea en barrios residenciales, utilizando a civiles como escudos humanos”.
Por su parte, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, ha expresado: «Sostenemos que nuestros ataques no apuntan contra objetivos civiles. Van dirigidos contra objetivos militares e infraestructuras críticas, relacionadas de alguna manera con las capacidades militares del régimen».
En cuanto al Ministerio de Defensa de Rusia se refiere, este negó en términos categóricos los bombardeos de instalaciones civiles señalando que las imágenes de múltiples fotos y videos grabados en el lugar confirman inequívocamente que los destrozos fueron causados por la caída un misil antiaéreo lanzado desde el recinto urbano.
Ayer, en respuesta a los reiterados intentos del Ejército ucraniano de dañar empresas del sector industrial ruso, las Fuerzas Armadas de Rusia lanzaron un ataque conjunto con misiles guiados contra instalaciones militares en Ucrania.
Entre ellas se encuentran las plantas Artem, Antónov y la oficina de diseño Luch en Kiev; las empresas Dnepr y Yuzhmash en Dnepropetrovsk; una planta de ingeniería pesada en Kramatorsk; almacenes de armas y equipos militares occidentales en la planta metalúrgica ArcelorMittal en Krivói Rog y otras instalaciones.
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