Cuando se analice el momento que pudo empezar todo, será importante recordar esta foto: el día que los ministros de Exteriores fueron a Kiev a apoyar al fascismo. Zelenski (el actor devenido en presidente), como buen títere de la OTAN, los recibe tras haber despojado a su pueblo de partidos políticos, de derechos y libertades, ha arruinado por décadas la economía entregando cientos de miles de metros cuadrados a los grandes expoliadores de materias primas, ha infectado batallones fascistas y mercenarios a su ejército y, con la ayuda inestimable del aparato propagandístico occidental, ha intentado olvidar lo que significaron las acciones de Ucrania en el Donbass. Una invasión que desde 2014 ha dejado miles de muertos (reconocidos incluso por la propia ONU. Los cancilleres sonríen, es uno de los nuestros.
En la U.E hay pánico que Ucrania no pueda pagar sus obligaciones contables a occidente, y por ello sus cancilleres fueron a Kiev a darle el apoyo a Zelenski, esto es, preguntar e investigar qué hay de lo nuestro, y ver de cerca el estado de la guerra que se avizora más que mal para sus tropas. Ocurre que la famosa contraofensiva con la que pensaban casi llegar a Moscú se derritió en las trincheras (y en los drones), y arrecian las voces en todos los países de qué estamos haciendo allí, y se dan ideas de en qué podrían gastarse los millones de euros.
Observen la foto, es la imagen del capitalismo que, en sus épocas decadentes y miedosas, acudió siempre al fascismo.