Abdullah Öcalan, el encarcelado líder del Partido del Kurdistán de los Trabajadores (PKK), ha instado a su organización a abandonar la lucha armada y disolverse, marcando lo que podría ser el comienzo del fin de un conflicto de décadas con Turquía.
Desde su celda en la isla de Imrali, donde ha estado encarcelado por casi 27 años, Öcalan ha comparecido para leer un comunicado junto a la denominada “Delegación Imrali”, del Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM) conjunto de políticos demócratas kurdos que lo visitaron recientemente. A través de su lectura ha instado al fin de las hostilidades, expresando que, aunque la lucha armada contra el estado turco fue necesaria en su momento, ahora “ya no tiene sentido”, sentenciando que “el PKK debe disolverse”.
Así es como lo ha expresado en el mensaje titulado “llamamiento a la Paz y una Sociedad Democrática”: “Todos los grupos deberían abandonar las armas. El PKK debería disolverse. Hago este llamamiento y asumo la responsabilidad histórica”. “Llamo al PKK a que celebre un congreso y decida su disolución”.
Según el documento, el PKK, que surgió en el siglo XX en un contexto de represión y conflictos ideológicos, “ha agotado su ciclo histórico” y debe buscar “una integración política y social”. Öcalan defiende que “la existencia de un espacio democrático es la única vía para garantizar los derechos de identidad, libre expresión y organización política de la población kurda en Turquía”.
Su mensaje finaliza con un saludo a “todos los sectores de la sociedad que creen en la convivencia y escuchan este llamamiento”.