«Estados Unidos y Occidente deberían reflexionar sobre las catastróficas consecuencias que traerá su despreciable comportamiento»:
Nuevas nubes de guerra se ciernen sobre el mundo entero, debido a la cada vez más temeraria histeria antirrusa de Estados Unidos y la OTAN.
Según informes de los medios de comunicación, el 13 de septiembre se celebró en Washington una cumbre entre Estados Unidos y Gran Bretaña sobre la cuestión del levantamiento de las restricciones al uso por parte de Ucrania de armas de largo alcance de tipo occidental. Y el 16 de septiembre, el secretario general de la OTAN dijo que acogía con satisfacción los diálogos en curso para levantar las restricciones al uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance de fabricación occidental y que el levantamiento de las restricciones es una cuestión que cada país debe decidir por su propia cuenta.
Esta no es la primera vez que se ha tratado la cuestión del levantamiento de las restricciones al uso de armas occidentales de largo alcance propuestas a Ucrania. De todos modos, Estados Unidos y Gran Bretaña se mantuvieron en secreto sobre el tema y luego el secretario general de la OTAN expresó su apoyo. Esto demuestra claramente que la preocupación de Estados Unidos y la OTAN por infligir una derrota estratégica a Rusia nunca puede cambiar y que cada vez están más desesperados por lograrlo.
Lo que importa es que Estados Unidos y la OTAN son muy conscientes de que levantar las restricciones es un acto muy peligroso, como una sentencia de muerte, pero están tomando esa medida voluntariamente. Presos de la megalomanía incurable de que pueden derrotar a Rusia, su rival estratégico, están invitando a un desastre que amenaza su existencia sin ninguna previsión ni pensamiento sobre las consecuencias posteriores.
Rusia ya ha enviado una señal clara de que el levantamiento de las restricciones al uso de armas de largo alcance por parte de Estados Unidos y la OTAN se considerará como su intervención directa en el conflicto ucraniano y que Occidente no debe actuar precipitadamente si no quiere consecuencias desastrosas.
De todos modos, si los EE.UU. y sus seguidores siguen recurriendo a este juego de azar peligroso que puede poner en peligro la prosperidad, el desarrollo y la paz de la humanidad en un momento dado, se prepararán para afrontar consecuencias desastrosas tremendas y tendrán que pagar un alto precio inimaginable.
Los EE.UU. y la OTAN harían bien en recordar el hecho de que las dos grandes guerras patrióticas registradas en la historia de Rusia terminaron después de que el ejército ruso destruyera por completo las fortalezas de los agresores.
El último juego de azar sólo traerá un final trágico. -0-