El Partido Nacionalista Vasco (PNV), también conocido como Partido del Negocio Vasco está haciendo últimamente algunos “esfuerzos” para intentar la opinión pública crea que es sensible ante el genocidio que el Estado sionista practica en Palestina. Pero todo es pura falacia, lo que no sorprende ni un poco, siquiera.
Ayer La Vuelta Ciclista a España llegó a Bilbo y sucedió lo que ya hemos informado en este medio. Dejando de lado su “sensibilidad” para con el pueblo de Palestina, desde el PNV se ha tratado de criminalizar las protestas en torno al citado acontecimiento deportivo, con participación del equipo ciclista de Israel.
El consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, por ejemplo, expresó: “No poder terminar una etapa de la Vuelta en Bilbao no es una buena noticia”. El mismo gobierno calificó las protestas contra la participación del equipo ciclista sionista como “una actitud de lesa humanidad”, y las considero un atentado contra la seguridad y la convivencia”.
Como no puede ser de otra manera, tratándose de un gobierno capitalista, trataron de hacer interesado (y muy torpe) equilibrio: “Nos sentimos comprometidos con la libertad de expresión y el derecho a la protesta, pero siempre de forma cívica y dentro de las normas. Ayer no fue así”. Y después de esto añadieron que lo ocurrido ayer en Bilbao ha “aumentado la alerta del gobierno”, ya que próximamente prevén celebrar eventos internacionales en el territorio que gobiernan (tres provincias de siete que componen Euskal Herria; aun así se arrogan el derecho de autodenominarse Gobierno Vasco).
Por su parte, el lehendakari del mismo gobierno, Imanol Pradales, también se pronunció contra las manifestaciones de ayer, calificándolas de “espectáculo”. Aseguró que las protestas no fueron “constructivas”, sino “contrarias a los derechos humanos y poco pacíficas”.
Pero Pradales no se detuvo ahí, aún continuó exteriorizando el verdadero carácter que le caracteriza. Y es que dejó claro que el gobierno que preside continúa protegiendo los negocios ilegales de la empresa CAF del Goierri con el Estado sionista.
Cabe recordar que CAF tiene un contrato con el Estado sionista para construir el Tren Ligero de Jerusalén, y Pradales dejó claro su postura: “Respetaremos la decisión que tome CAF, ya sea continuar con el contrato para construir el tranvía de Jerusalén o suspenderlo”.
Pradales reconoció que se está produciendo una “masacre” contra el pueblo palestino. Sin embargo, para justificar lo injustificable, situó el punto de inicio de la ocupación sionista en octubre de 2023: destacó que el contrato para construir el tren “se firmó hace seis años”.
Todo el mundo sabe que la ocupación sionista comenzó en los años 40 del siglo pasado, Pradales también. Se hace el despistado, pues, a ver si cuela.
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