Fue durante su intervención de ayer, miércoles el miércoles, en la primera sesión de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), celebrada en Washington (Estados Unidos). El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, el mismo que sigue comprando y vendiendo armas al gobierno genocida de Israel, quiso hacerse el humanitario (perteneciendo a la OTAN es imposible serlo) y, para ello, pidió a los líderes de dicha organización terrorista que eviten “el doble rasero” con respecto al derecho internacional en la Franja de Gaza y Ucrania.
Sánchez expresó sin un atisbo de sonrojo: “Si decimos a nuestros ciudadanos que apoyamos a Ucrania porque defendemos el derecho internacional, es lo mismo que tenemos que hacer con Gaza”.
Sánchez sabe que miente, pues apoyando a Ucrania no es cierto que defienda el derecho internacional, sino que lo vulnera. Por otra parte, su actitud para con Gaza no es otra cosa más que un intento de lavado de cara para que no se le vea al Ejecutivo que preside su verdadera condición de farsante. Mostrar “apoyo” a Palestina cuando continúa vendiendo armas a sus genocidas no puede entenderse de otra manera.
Sánchez hizo hincapié en que la Alianza Atlántica no debería ejercer los dobles raseros en cuestiones internacionales, agregando que la defensa de la OTAN al derecho internacional en Gaza y Ucrania refleja su “posición coherente”. “Estamos respaldando el derecho internacional, especialmente el derecho internacional humanitario”.
Pide coherencia un incoherente. Habla de no ejercer los dobles raseros, cuando él no hace otra cosa en su deleznable labor de facilitar las ingentes e insultantes ganancias al gran capital.
Con ese hueso a otro perro, señor Sánchez.
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