El trabajador Unai Martínez salió a trabajar el 26 de marzo de 2022 y ya no volvió. La historia se repite en demasiadas ocasiones cuando vas en busca de un currusco de pan.
Esta trágica realidad no ocupa la atención ni de los empresarios, que están obligados a tener los puestos y centros de trabajo en condiciones seguras y saludables, ni de la Administración pública, que debiera de velar para que se cumpla la legislación frente al débil:el trabajador o trabajadora ni, tampoco, los sindicatos, que muchos miran igual que Administración y empresarios a otro lado en espera de que cada día, cada minuto de trabajo, ocurra un milagro.
Lorena Dacosta González, viuda de Unai Martinez y representante de la Plataforma “Xustiza para Unai”, habla con Sare Antifaxista de aquella trágica jornada que no puede olvidarse en la refinería de A Coruña de Repsol.
Los próximos días 14 y 18 de setiembre tendrán que pasar por el juzgado representantes de esa multinacional y la subcontrata de origen de Bilbao, Nervión, del grupo Amper, que no quieren asumir ninguna culpa en la muerte del joven trabajador. “Unai estaba en el paro y le ofrecieron entrar un par de semanas a trabajar en la Refinería con la empresa Nervión”, explica. Recuerda una serie de incumplimientos en materia de condiciones de trabajo hasta que llegó ese sábado de marzo en el que Unai Martínez sufrió un impacto directo de “escape de gas sulfhídrico provocándole a Unai una parada cardiorrespiratoria” de la que ya no saldría. “Ni Repsol ni Nervión han asumido su responsabilidad, no han tenido ni un mínimo de humildad, al contrario”, lamento su viuda.
“El objetivo que nos planteamos en la Plataforma es, por una parte, que este obsceno asesinato de Unai, sangre obrera que alimenta los sacrosantos beneficios empresariales, no quede impune, amén de exigir Verdad, Justicia y Reparación y por este orden”.
Desde que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales entró en vigor en febrero de 1996 y 27 años después, las muertes continúan en empresas que no establecen condiciones seguras para trabajar. Desde esa fecha a junio de este año han muerto 28.217 trabajadores por el trabajo en el Estado español; de ellos, 2.971 trabajadores en Galiza y 2.492 en Hego Euskal Herria. Son ya casi 20 millones de accidentes de trabajo, muchas muertes y muchas personas que nunca más podrán volver al trabajo por las lesiones ocasionadas.
Son datos oficiales, que registran menos muertes, porque en los primeros seis meses de este año, por ejemplo, en Hego Euskal Herria (Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa) han fallecido 24 trabajadores según el control de sindicatos, pero las estadísticas oficiales contabilizan 14, es decir un 71% menos.
El 29 de marzo de 2022 falleció Unai Martínez, uno de los operarios de la empresa Nervión, subcontrata de Repsol que resultó herido en el accidente de la refinería de A Coruña ese fin de semana. ¿Qué pasó? ¿Me puedes contar lo que sabéis?
Unai estaba en el paro y le ofrecieron entrar un par de semanas a trabajar en la Refinería con la empresa Nervión. Había trabajado en refinerías de Castellón, Portugal, Bilbao… tenia formación y experiencia en el sector, aspecto clave para que lo contrataran ya que para trabajar si no se tiene formación no contratan a nadie, prefieren que ya tengan los cursos formativos que hacerlos ellos mismos para abaratar costes.
Comenzó a trabajar un miércoles 22 de marzo de 2022, desde el primer día veía cosas que no le gustaban, lo contrataron para el pañol y lo pusieron en obra, mala organización en general etc. El sábado 26 de marzo se fue a trabajar como todos los días. Una encargada de Repsol, viendo que había un camión parado que producía muchos costes decidió que se llevara a cabo un trabajo contratado con otra empresa para el siguiente martes, esa misma mañana.
En el permiso de trabajo para ese día no estaba autorizado ese trabajo ni se exigía ERA (equipo de respiración asistida); en cambio, para el mismo trabajo programado para el martes siguiente, si se exigía.
Dos encargados de Repsol dieron orden de realizar ese trabajo y otros dos encargados de Nervión sin cuestionar nada, dieron la orden directa a Unai y a su compañero de realizar ese trabajo que consistía en la apertura de seis tapas, que es la cantidad que tiene esa tubería. Cuando abrieron la tapa hubo un escape de gas sulfhídrico provocándole a Unai una parada cardiorrespiratoria. En la refinería no había servicio médico ni ambulancia medicalizada. La ambulancia llegó pasados 45 minutos, las primeras labores de reanimación se las realizaron sus propios compañeros. Lo estabilizaron pero prácticamente desde el primer momento nos dijeron que el daño cerebral fue muy grande. Falleció el 29 de marzo de 2022 ayudando a 7 personas a vivir con la donación de sus órganos.
Ni Repsol ni Nervión han asumido su responsabilidad, no han tenido ni un mínimo de humildad, al contrario Repsol publicó en prensa los resultados de una investigación interna que firmaron todos los sindicatos excepto la CIG, en el que volcaba toda la culpa en la falta de preparación y formación de los trabajadores.
¿Quién era Unai Martínez? ¿Cómo le recordáis? ¿Habéis creado una Plataforma «Xustiza para Unai» qué queréis lograr, qué objetivos perseguís?¿Quiénes sois?
Unai Martínez era un chico muy alegre, comprometido con los más desfavorecidos y con las causas sociales y sobre todo el mejor amigo de sus amigos.
Me siento muy orgullosa de haber compartido mi vida con él y también siento mucha rabia por como fue su muerte. Creo que todos lo recordamos igual, yo personalmente lo recuerdo riendo y haciendo bromas continuamente.
Juanjo Basterra, kazetaria eta m. soziala * E.H
“Me siento muy orgullosa de haber compartido mi vida con él y también siento mucha rabia por como fue su muerte”“El objetivo que nos planteamos en la Plataforma es que este obsceno asesinato de Unai, sangre obrera que alimenta los sacrosantos beneficios empresariales, no quede impune, amén de exigir Verdad, Justicia y Reparación y por este orden”.
Los próximos días 14 y 18 de setiembre tendrán que pasar por el juzgado representantes de esa multinacional y la subcontrata de origen de Bilbao, Nervión, del grupo Amper, que no quieren asumir ninguna culpa en la muerte del joven trabajador.
“Desde la Plataforma vamos a empapelar Coruña con pegatinas, carteles y pancartas y otras iniciativas para que el asesinato de Unai no pueda ser sepultado bajo el manto del silencio y el olvido”.
“Arriba los puños al Viento de la Lucha de Clases para gritar: ¡Unai Sempre con Nos!”
No descartan poner en marcha, una vez que la idea madure, una plataforma a nivel estatal “al margen y en contra de todo el andamiaje del sistema burgués y de su Estado, incluido esa seudo izquierda servil y domesticada”
Hemos creado la plataforma “Xustiza para Unai” fundamentalmente porque juntos somos más fuertes. Su familia y sus amigos nos hemos unido para reclamar justicia y verdad para él porque él lo hubiera hecho por cualquiera de nosotros y para los miles de trabajadores que pierden su vida a diario y nadie les tiene en cuenta.
Los próximos 14 y 18 de septiembre se inician la toma de declaraciones a Repsol y Nervion por el “asesinato” de Unai, que tratan de encubrir bajo el eufemismo de «accidente laboral», como desde la Plataforma «Xusticia para Unai» decís. ¿Qué vais a hacer y qué estáis haciendo ya para que se conozca esa muerte?
“Imos darlle lume”, que solemos decir por estas tierras. El objetivo que nos planteamos es, por una parte, que este obsceno asesinato de Unai, sangre obrera que alimenta los sacrosantos beneficios empresariales, no quede impune, amén de exigir Verdad, Justicia y Reparación y por este orden.
Y por la otra, y en la medida de nuestras fuerzas, denunciar y visibilizar un Terrorismo Patronal que no sería posible sin la protección y amparo del Estado, sin la colaboración de Sindicatos como CCOO y UGT y sin la nauseabunda complicidad de los medios de desinformación.
Terrorismo Patronal que a pesar de que se cobra y trunca tantas y tantas vidas tiene patente de corso para gozar de la más insufrible de las impunidades, que les importa pero que un comino dejar en la mayor desolación y desamparo a las familias que, además del dolor por la pérdida de un ser querido, tienen que soportar todo tipo de mentiras y triquiñuelas con las que las Empresas tratan de eludir sus Responsabilidades.
A este respecto, desde la Plataforma vamos a empapelar Coruña con pegatinas, carteles y pancartas y otras iniciativas para que el asesinato de Unai no pueda ser sepultado bajo el manto del silencio y el olvido.
Y vamos a convocar al movimiento popular de Coruña para que el 14 y 18 de septiembre, delante de los Juzgados, donde van a comparecer Repsol y Nervión como imputados, nos concentremos el mayor número de gente posible para gritar hasta quedarnos afónicos: Obrero muerto en el tajo, Patrón colgado. Contra el Terrorismo Patronal, Lucha obrera y popular.
De forma previa hablamos, y os marcáis el objetivo de impulsar una plataforma a nivel estatal porque a los y las trabajadoras nos va la vida en ello ¿cómo se encuentra la iniciativa?
La verdad es que esta iniciativa está aún en mantillas. Nos sorprendió muy mucho que, a raíz del asesinato de Unai y debido a nuestra falta de experiencia, tratásemos de buscar Asociaciones que nos pudiesen orientar y asesorar y no encontrásemos ni una sola.
Ostras, desde 1996 a día de hoy han muerto 28.110 obreros en los tajos. Tremendo, no. Vamos, esto no es una sangría, esto es una orgía de sacrificios humanos al dios del dinero. Claro, como la sangre obrera no cotiza en Bolsa y derramarla sale prácticamente gratis, pues, barra libre.
Por eso, algunas de las personas que estamos en la Plataforma hemos comentado que, tras esta experiencia, sería conveniente analizarla, reflexionar sobre ella y ver las posibilidades de impulsar algún tipo de Asociación en este campo.
Nos negamos categóricamente a dejarnos llevar mansamente al matadero por unos salarios de miseria y hambre sin que levantemos nuestra voz y señalemos, con nombre y apellidos, a tanto canalla y asesino de cuello blanco.
Sería un frente más de la lucha obrera, inscrito en el seno del movimiento popular, al margen y en contra de todo el andamiaje del sistema burgués y de su Estado, incluido esa seudo izquierda servil y domesticada. Porque hombre, vista esta y otras realidades que evidencian la barbarie en la que malvivimos, casi es obligado plantearse: Que bien acabamos con este Sistema o bien el Sistema nos va a convertir a todos en carne de trituradora.
Percibís que la sangre obrera no vale nada, que no cotiza en Bolsa como suelo decir yo cuando hay un accidente de trabajo mortal o un accidente que te incapacita para volver a la vida activa? ¿Por qué los sindicatos, los Gobiernos y la Inspección de Trabajo permiten que no se cumpla con la seguridad y la salud en el trabajo?
Por estas tierras, en alguna que otra manifestación y movilización se ha gritado: No son Sindicatos de clase, son Sindicatos de la Patronal. Por no hablar de las muy generosas y muy sustanciales subvenciones que reciben y el buen rollito que se traen con toda la caterva de explotadores.
Pero lisa y llanamente no hacen nada, absolutamente nada porque la tasa de beneficios y las desorbitadas ganancias de los monopolios y las multinacionales son como las tablas de Moisés, sagradas y ante ellas solo cabe arrodillarse y bajarnos cabeza. Y si no te arrodillas, se te viene encima la también sacrosanta democracia, los jueces, los medios de desinformación y la de dios es cristo.
¿Por qué pueden chuparnos hasta la última gota de sangre y después cuando ya no les valemos arrojarnos a la basura tal y como si fuésemos trapos viejos?
Porque cuentan con la protección de un Estado que tiene un verdadero arsenal de leyes represivas de verdadera esencia fascista, porque cuenta con unos cuerpos policiales y un poder judicial que pasaron del franquismo a la democracia sin ser depurados ni purgados, porque los medios de desinformación están en manos del poder económico, porque sufrimos una falta absoluta de libertades democráticas, porque los Sindicatos y esa seudo izquierda servil y domesticada no son más que meros capataces que ejecutan los dictados del poder económico. ¡Si no de qué nos íbamos a jugar diariamente la vida por un mísero mendrugo de pan!
¿Importan más los beneficios empresariales que la prevención de riesgos laborales, que se debe exigir y que desde noviembre de 1995 se adoptó? ¿Por qué no cumplen con la ley, que establece que los empresarios deben tener los puestos seguros y saludables, y se forme e informe a los trabajadores de los riesgos?
Claro, claro, elaboran una Ley de Prevención de Riesgos laborales en 1996 y la sangría de sangre obrera derramada no cesa, no disminuye, se incrementa. Porque esta ley, al igual que otras muchas, la mayoría, son mero papel mojado, se redactan a sabiendas de que no se van a cumplir. Faltaría más, no vaya a ser que se cabreen los amos de Cortijo. Amén de que los inspectores de trabajo son tan escasos que ver a uno por el tajo es un verdadero milagro.
Indudablemente, la avaricia de los empresarios es uno si no el principal factor en esta cascada incesante de obreros muertos en el tajo. Por ahorrarse costes de producción no les importa saltarse todas las medid las de seguridad habidas y por haber y mandar a los obreros al matadero. Por eso murió Unai, por no tener parado por unas horas un camión y ahorrarse unos miserables euros.
Junto a este factor están los cada vez más extenuantes ritmos de trabajo, el alargamiento de la jornada laboral, el incremento de las horas extras que por encima ni las pagan en muchos casos, la constante degradación de las condiciones laborales, etc., etc., etc. Lo cual provoca que se vaya acumulando cansancio y estrés y que los reflejos fallen.
Si a eso le añades la constante pérdida del poder adquisitivo, el aumento de la inflación, el no saber si vas llegar a fin de mes, si vas poder pagar el alquiler o la hipoteca o vas acabar tirado en la calle como un perro, si vas poder pagar el agua, la luz, la ropa, el colegio, etc., pues, el resultado es que no duermes ni descansas bien, que tienes la cabeza llena de preocupaciones y vienen las crisis de ansiedad, las depresiones, los trastornos mentales. No hace falta ser un experto para darte cuenta que estos factores aumentan exponencialmente la posibilidad de perder la vida en el tajo.
¿Qué se puede hacer para parar esta sangría humana?
Vamos a osar hacer alguna sugerencia a vuela pluma teniendo en cuenta que no somos expertos en el tema.
Primero. No dejar nuestra seguridad en manos de quienes nos han demostrado una y mil veces que nos dejan vendidos frente a la Patronal: Sindicatos como CC.OO y UGT y esa izquierda servil y domesticada.
Segundo. Organizarnos al margen y en contra de estos vendidos. Que sea la Asamblea quien elija un verdadero Comité de Seguridad que cuente con la fuerza de todos los obreros para obligar a la empresa a cumplir con todas y cada una de las medidas de seguridad.
Tercero. Ponerle freno al alargamiento de la jornada laboral que no somos robots, a los destajos, horas extras, a los ritmos de trabajo, etc., etc.
Cuarto. Lanzar campañas de denuncia y concienciación para que nuestra clase tome en sus manos un problema de tan extrema gravedad y que nos afecta a todos, que si hoy te toca a ti mañana me puede tocar a mi y para que se organice y se movilice.
Quinto. Que solo la clase obrera salva a la clase obrera y que son llegados los tiempos de salir a pelear para recuperar todo, pero todo lo que nos han robado.
Arriba los puños al Viento de la Lucha de Clases para gritar: ¡Unai Sempre con Nos!