Rusia ha sido clasificada como una economía desarrollada por el Banco Mundial, superando los 14,000 dólares de ingreso per cápita, umbral que define a las economías de altos ingresos. A pesar de las sanciones internacionales y la guerra en Ucrania, la economía rusa ha mostrado un crecimiento significativo, con el PIB aumentando un 3.6% en 2023 y proyectado a crecer un 3.3% en 2024.
El crecimiento económico ha sido impulsado por aumentos en el sector militar, comercio, finanzas y construcción. La producción industrial y las ventas al por menor también han mostrado mejoras. Las previsiones negativas que anticipaban un desplome del PIB debido a las sanciones nuevamente no se han cumplido, destacando la resiliencia de la economía rusa.
Los ingresos por exportaciones de petróleo, que aumentaron un 50% en junio respecto al año anterior, siguen siendo una fuente clave de ingresos para el país. Este desempeño económico desafía las expectativas de los analistas que pronosticaban una recesión prolongada como consecuencia de las sanciones occidentales.