Las encuestas insistían en un paisaje perfectamente controlado (Rumanía tiene frontera con Ucrania). El candidato de la OTAN/UE, el socialdemócrata y actual presidente, y el de la ultraderecha iban a pasar a la segunda vuelta. Obviamente, el ganador luego sería el representante del establishment europeo, y punto final. Pero… un candidato que apenas aparecía con un insignificante 4%, va y gana la primera vuelta. Sorpresa.
El aparato mediático rápidamente se pone en marcha para indicarnos que es ultranacionalista, de extrema derecha (eso ya lo habían dicho con otro candidato, pero da igual) y, sobre todo, apoyado por Putin. Apellido este comodín para dejarnos claro que es enemigo de los intereses económicos y territoriales de la UE.
El desembarco del aparato UE está en marcha. En la segunda vuelta no pueden fallar. De momento, el socialdemócrata ha sido sustituido a última hora por la liberal derechista Lasconi ante el desgaste del presidente Ciolacu.