A juzgar por no pocas declaraciones que ha realizado al respecto, Gabriel Rufián está muy preocupado por la posible alta abstención en las elecciones del próximo domingo, 23 de julio. Él y su partido saben que buena parte de el electorado les han dado la espalda, luego de una decepción tras otra provocada por la política complaciente para con el Estado que ERC ha llevado a cabo en el Congreso de Madrid.
Rufián ha pasado de decir que su formación política no pactaría (negociar, en definitiva) con los “carceleros y expoliadores” del PSOE. Pero casi de seguido es lo que hicieron, y ahora es lo que defienden.
El Nacional le ha hecho una entrevista. Una de las preguntas es sobre la famosa “mesa de diálogo” que, como se sabe, nació coja y murió sin patas. Pues bien, para defender lo indefendible y no reconocer que dicha mesa fue todo un fiasco, Rufián, desprovisto de vergüenza, echó mano de Nelson Mandela. Aunque, si bien es cierto, tuvo la mínima lucidez de reconocer que la comparación era gradilocuente.
Esta es la pregunta y parte (el inicio) de la respuesta:
La estrategia de ERC se ha concentrado, de manera injusta, en la famosa expresión ‘mesa de diálogo’. Esta ha sufrido dos extremos: se ha ridiculizado, menospreciando los resultados; pero por el otro lado ha habido un punto de sacralización como si fuera la única vía posible. ¿Cree que hay un término medio y considera que es recuperable?
Como demócratas, tenemos que defender siempre la negociación. Ya sé que es un símil grandilocuente, pero incluso Nelson Mandela negoció con sus carceleros. ¿Quiénes somos nosotros para decir que no? […]
Si Mandela negoció con sus carceleros, ¿por qué ERC no va a negociar con los «carceleros y expoliadores» del PSOE?, dice de alguna manera Rufián sin un atisbo de sonrojo.
- Una vez más lo recordamos: