Nacido el 27 de marzo de 1944, Miguel Enríquez fue elegido secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Tenía entonces 23 años.
Fue en 1967, durante el Tercer Congreso, cuando el MIR presentó su tesis político militar para transformar el movimiento en un Partido Revolucionario. Perseguidos y reprimidos por el gobierno de Eduardo Frei, los militantes del MIR se vieron obligados a practicar su lucha en la clandestinidad.
A todo eso, en 1970 llegó el triunfo de Salvador Allende. El MIR, dirigido por Miguel Enríquez, le concedió su apoyo, tanto antes como después de las elecciones. Sin embargo, el apoyo fue crítico para con la Unidad Popular, ya que el MIR tenía aspiraciones más radicales.
No obstante, el movimiento dirigido por Enríquez se comprometió a que si en algún momento debía hacer alguna crítica, esta no la harían pública sin que antes la conociera el presidente.
Con la llegada de Allende a La Moneda, el MIR no tuvo necesidad de continuar su lucha en la clandestinidad. Es más, amnistiados previamente, la seguridad personal del presidente fue responsabilidad de militantes del MIR, dirigidos, obviamente, por su secretario general.
Llegó el golpe de Estado asestado por el general Augusto Pinochet en contubernio con el gobierno de los Estados Unidos. Como se conoce, el presidente Allende acudió al palacio de La Moneda, donde fue asediado, con bombardeos incluidos, por los fascistas. Era 11 de septiembre de 1973.
Conocedor de la crítica situación para el presidente, y por ende para el proceso socialista que este lideraba, el MIR elaboró un plan para rescatarlo. Miguel Enríquez le pidió a Allende que abandonara el Palacio de La Moneda para continuar la lucha de resistencia clandestina desde algún barrio obrero. Pero Salvador Allende desestimó la propuesta contestándole a Enríquez: “Yo no me muevo de aquí, cumpliré hasta mi muerte la responsabilidad de presidente que el pueblo me ha entregado. Ahora es tu turno, Miguel”.
Miguel Enríquez y otros miembros de la Comisión Política del MIR se reunieron con dirigentes del Partido Socialista y el Partido Comunista (ambos partidos integrantes de la Unidad Popular), para tratar de coordinar un plan de resistencia armada; con los socialistas hubo acuerdo, pero los comunistas fueron contrarios a la propuesta.
Finalmente, fue el MIR quién, otra vez desde la clandestinidad, asumió la resistencia armada contra el sanguinario golpe de Estado. La represión se cebó fundamentalmente contra su militancia. Más de 800 miristas cayeron de una u otra forma.
La brutal represión provocó que no pocos dirigentes y militantes del MIR saliesen del país, recurriendo al exilio. Su secretario general se quedó en Chile, a pesar de que sus compañeros le pidieron que se exiliara. Él no quiso abandonar su puesto de combate, consideró que debía quedarse para, dentro de sus posibilidades, continuar la lucha.
Una dirigente del MIR, que inicialmente al menos también decidió quedarse, llegó a comentar años después que desde el movimiento habían pedido entrega y lucha al pueblo, por lo que no consideraba muy coherente que luego dijeran algo así como “aquí os quedáis, nosotros nos vamos”. Y esto no significa una crítica para quienes optaron por salir del país. Además, muchos de ellos regresaron cuando pudieron para retomar la lucha.
Sobra decir que Miguel Enríquez fue perseguido por la dictadura de manera brutal, hasta que por fin dieron con él. Esto sucedió el 5 de octubre de 1974, poco más de un año después del golpe de Estado, en la calle Santa Fe, número 725, comuna de San Miguel.
Aquí se encontraba Miguel Enríquez que, rodea la casa ya por la DINA, decidió no entregarse y combatir para intentar romper el cerco. Enríquez combatió durante más de hora y media de manera absolutamente desigual; por parte de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) participaron cientos de policías, mientras Enríquez se encontraba solo (compañeros suyos lo abandonaron al creer que estaba herido de muerte). En realidad, con Miguel se quedó su compañera, Carmen Castillo, pero durante el combate permaneció en el suelo, al estar gravemente herida, además de embarazada, por lo que no pudo hacer nada.
Hoy, con el Partido Socialista y el Partido Comunista totalmente socialdemocratizados (su reformismo apesta), Chile está en las antípodas de ser lo que los miristas, con Miguel a la cabeza, pretendieron para el pueblo.
El cuerpo de Miguel Enríquez fue impactado por diez balas, que acabaron con su vida. Murió joven, tenía treinta años. Cayó combatiendo el 5 de octubre de 1974, hoy hace 49 años, pero su heroico combate continúa, aún no ha concluido.
(Baraguá / @maceobaragua)
- Dos interesantes documentales sobre Miguel Enríquez:
- Discurso de Miguel Enríquez en el Teatro Caupolicán (17 de julio de 1973):