El compañero Atilio Borón se lleva las manos a la cabeza por la desviación ideológica de la actual vocera del gobierno chileno de Gabriel Boric. En realidad, no sé cómo se sorprende ahora, porque la tal Vallejo, militante del socialdemocratizado Partido Comunista de Chile, hace mucho tiempo que nada en las aguas del reformismo más zafio.
Borón señala la deriva ideológica exteriorizada por Vallejo ahora, en relación a las elecciones de Venezuela Bolivariana, y arremete, con toda razón contra el gobierno de Boric, al que ella pertenece.
Insisto en que Borón tiene razón con lo que dice. Pero me llama la atención, y creo que conviene recordarlo, cómo él mismo pidió el voto para Gabriel Boric. Y lo hizo de una manera muy poco respetuosa para quienes anunciaron que se abstendrían en las elecciones. Utilizando la expresión, el texto de Antonio Gramsci, Borón tachó a estos de “indiferentes”, arremetiendo contra ellos con argumentos nada convincentes.
No está de más recordarlo ahora que el compañero Borón, de alguna manera, reconoce que con el gobierno de Boric y Vallejo en Chile todo sigue prácticamente igual.
En primer lugar expongo las palabras de Atilio Borón señalando a Camila Vallejo y, después, añado el artículo que publiqué el 18 de diciembre de 2021 replicando a Borón por su acusación de “indiferentes” a quienes decidieron abstenerse.
(La reflexión de Fidel, por cierto, muy buena)
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Atilio Boron y las desafortunadas palabras de Camila Vallejo
Mi duro comentario sobre las desafortunadas palabras de Camila Vallejo acerca de la situación en Venezuela brotaron de mi indignación -y dolor- al comprobar como una promesa de renovación de la izquierda chilena caía seducida ante los cantos de sirena del imperio y se convertía en una dócil operadora de sus designios.
Abajo encontrarán el texto de mi posteo en la red X y, como epílogo de lujo, la reflexión siempre profunda de Fidel sobre los que abandonan sus principios en tiempos difíciles.
Lamentable, vergonzoso: ¿qué te pasó Camila Vallejo para caer en una capitulación ideológica total, sin atenuantes.
Post de Camila Vallejos, Vocera del gobierno de Gabriel Boric (Chile)
“Maduro ya ha hecho suficiente daño a nuestro país. No podemos permitir que usen de excusa la terrible situación que vive Venezuela, para validar prácticas que en Chile se habían desterrado tras la dictadura, como la persecución política o la proscripción de partidos”.
En vez de madurar con el paso de los años envejeciste prematuramente… Hablas de prácticas desterradas en el Chile de la posdictadura. ¿A qué te refieres? Al Chile de la persecución judicial (lawfare) a Daniel Jadue; o al de la impunidad para quienes cegaron a casi quinientos jóvenes durante el «estallido»; o a un estado que reprime ferozmente a los mapuche; o al que consiente y legaliza la estafa de las AFP (administradoras privadas de fondos de pensión); o al que se arrastra y embarra con Zelenski.
¿Ese gobierno de Chile, ese? pretende darle lecciones a la Venezuela Bolivariana? ¡Por favor, seamos serios! ¿Tanto hay que rebajarse para conseguir una candidatura presidencial? ¡Qué desilusión y, al mismo tiempo, qué formidable capacidad de captación de liderazgos tiene el imperio a través de su enjambre de ONGs, becas y bequitas de todo tipo?!
Reflexión de Fidel Castro
Los tiempos difíciles son los tiempos difíciles. En los tiempos difíciles el número de vacilantes aumenta; en los tiempos difíciles —y eso es una ley de la historia— hay quienes se confunden, hay quienes se desalientan, hay quienes se acobardan, hay quienes se reblandecen, hay quienes traicionan, hay quienes desertan. Eso pasa en todas las épocas y en todas las revoluciones. Pero también en los tiempos difíciles es cuando realmente se prueban los hombres y las mujeres, en los tiempos difíciles es cuando se prueban, realmente, los que valen algo. Los tiempos difíciles son la mejor medida de cada cual.”
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Atilio Borón, yo también soy un “indiferente”
Debo confesar que no me esperaba acusación semejante por parte del compañero Atilio Borón contra quienes han decidido abstenerse en las próximas elecciones de Chile y, obviamente, no votar por Boric. Borón apuesta por el menosmalismo, que ya se sabe adónde nos ha llevado en todo el mundo: al eterno e indignante sometimiento de la clase obrera por parte del capital.
Dicen de este candidato (Boric) que es de izquierdas, pero no lo es. Todo indica a que, en caso de resultar elegido, no será otra cosa que el enésimo gestor gubernamental al servicio de la oligarquía nacional y extranjera. Y eso será así aunque el hoy degradado Partido Comunista de Chile también forme parte de su Gobierno.
Borón ha tenido la desfachatez de utilizar a Antonio Gramsci y su “Odio a los indiferentes” para arremeter contra los abstencionistas que no creen en el circo electoral de la burguesía. Esto, sin duda, es un atrevimiento por su parte. Llamar indiferentes, porque no a van a votar, a no poca gente que ha estado en la primera línea jugándose los ojos y la vida en la pasada revuelta resulta del todo inadmisible. El sociólogo y politólogo argentino sabe muy bien que no lo son.
Atilio Borón se olvida de que, además de tachar de dictadura a Cuba, Nicaragua y a Venezuela, y de retirar su antiguo reconocimiento a la lucha llevada a cabo por el FPMR contra Pinochet, Boric es un candidato ajeno al pueblo que anunció que de ganar las elecciones no liberará a los presos de la revuelta. Aunque sólo fuera por ese motivo (lamentablemente no es el único), tienen todo el derecho, toda la razón y legitimidad para transmitir su rechazo a Boric con su abstención.
Dice Atilio Borón que la abstención electoral, o el voto nulo o en blanco “es un trágico error, que puede hundir una vez más a Chile en la barbarie”. Y lo dice como si desde el 12 de septiembre de 1973 a esta parte ya Chile no estuviese hundida en la barbarie. Con los llamados gobiernos de Concertación y la participación del Partido Comunista de Chile en ellos también lo estuvo.
A Atilio Borón le parece un gravísimo error abstenerse y no votar por Boric el próximo domingo. Considera que recurrir a la abstención es “lavarse las manos cual modernos Poncio Pilatos”, y que con esa actitud los abstencionista “facilitan el triunfo de la ultraderecha”. Su acusación de “indiferentes” es una aberración, además de mentira. En cuanto a lo de facilitar el triunfo de la ultraderecha, más de lo mismo.
Quienes facilitan el triunfo de las ultraderechas en América Latina, Europa y el resto del mundo son los gobiernos socialdemócratas, que nunca pasan de repartir unas migajas (limosna) al pueblo, mientras a la oligarquía nacional y extranjera les facilitan que sigan ganando dinero de manera insultante en detrimento de la clase explotada: la obrera.
Obviamente, llega el momento en que el pueblo se desencanta y se harta, y deja de votar a similares vendedores de peines para calvos. Eso es lo que está pasando en muchos países latinoamericanos, de Europa y del resto del mundo. Eso pasó y pasa en Chile, en Uruguay (con el liquidacionista Frente Amplio a la cabeza) y también en Brasil (Lula y el PT tienen mucha responsabilidad de que ahora esté gobernando Bolsonaro; no reconocer u obviar esta evidencia es apostar porque la masa empobrecida siga en tan caóticas condiciones de manera indefinida —Jorge Zabalza lo explica muy bien—. Podrá volver a ganar Lula pero, como buen socialdemócrata que es, acabará haciendo lo de siempre y llegará otro Bolsonaro).
Extrapolado al Estado español, según el criterio de Atilio Borón, para que no gane la ultraderecha representada por Vox y el PP, en las próximas elecciones la gente de izquierdas debería votar por el PSOE, que, lo pinten como lo pinten, es un partido de derechas.
Aquí tampoco importa que este partido creara los GAL con dinero público para asesinar a cerca de 30 personas, que apoyara el 155 en Catalunya, los intentos de golpes de Estado en Venezuela; tampoco que, junto a la UE, trate de borrar a la Revolución Cubana, mantenga una Reforma Laboral que explota de manera humillante a la clase obrera para que la oligarquía pueda seguir acumulando grandes cantidades de dinero, o que se niegue a derogar la altamente represiva Ley Mordaza… En fin, la lista de agravios es interminable.
Personalmente, desoiría el “consejo” de Atilio Borón. Yo nunca votaría al PSOE, aún a riesgo de que gane Vox o el PP; tampoco al resto de partidos o formaciones políticas que siempre acaban apoyando con sus votos al partido de la rosa (marchita). Y, si fuera chileno, también optaría por la abstención; no votaría por Boric.
Atilio Borón me tacharía de “indiferente”; creo que Antonio Gramsci se carcajearía de tan ridícula acusación.
- Una de las personas señaladas por Borón fue Sergio Rodríguez Gelfenstein; este le respondió de esta manera: Con todo respeto Atilio Borón: No votaré por Boric
(Baragúa / @maceobaragua)