EL COMODÍN DE VOX
En pleno año de farsas electorales (municipales, autonómicas en muchas comunidades y generales), con ningún partido del régimen teniendo nada que ofrecer a la inmensa mayoría, salvo explotación, pobreza, precariedad, represión y circo, se intensifican los pretextos más falaces para pedir el voto. Un voto que vaya a quien vaya destinado, otorgará el verdadero poder a la oligarquía que continuará acumulando beneficios astronómicos, gracias al servicio de sus partidos-marionetas. Así que no es de extrañar que, en todos los medios de comunicación controlados por esta, no haya espacio para quienes defendemos el boicot activo. Es decir; la lucha organizada contra su timo electoral, consciente de que la conquista de derechos y libertades requiere pelear en las calles y en los centros de trabajo o estudios, no legitimar la coartada de su falsa democracia que nos condena.
Sin embargo, el bombardeo incesante llamando a las urnas nunca falta, excepto cuando hay un referéndum de autodeterminación que intentan prohibir porque sí podría implicar cambios profundos. O en el caso de que se haya votado masivamente a un partido que no convenía, este acaba siendo ilegalizado o se encarcela a sus dirigentes por poner en práctica una parte del programa. Otros, como el PCE(r), han recibido un brutal ensañamiento represivo desde su creación por defender con enorme consecuencia los intereses de la clase obrera y los sectores populares. Por tanto, queda muy claro lo que le interesa al régimen y lo que no, para perpetuar su suculento y criminal negocio que parte de nuestra opresión.
El infame Gobierno de PSOE-UP, cuyo progreso ha sido en el aumento de leyes represivas aparejadas al empeoramiento severo de las condiciones de vida, pone empeño en venderse como la alternativa al fascismo que según ellos sólo representa VOX. Así plantean una falsa dicotomía que les reporta cuantiosos apoyos y un notable blanqueamiento: ellos son los “demócratas de izquierdas”, que nos protegen de la derecha fascista. Una tomadura de pelo insostenible para cualquiera que atiende a sus hechos u omisiones en vez de su palabrería hueca e hipócrita.
Basta conocer las incontables veces en las que se han puesto de acuerdo con PP y VOX para aprobar leyes que nos perjudican seriamente o para criminalizar y reprimir las luchas obreras y populares. Como todos ellos, apoyaron o permitieron que se armara al fascismo ucraniano sicario de USA-OTAN. Pero más allá de los hechos, que son lo que realmente importa, incluso en el discurso tienen grandes similitudes en momentos clave como la masacre de la Valla de Melilla, aplaudida por el Gobierno. Este escándalo, hubiera debido ser motivo de ruptura del acuerdo de Gobierno por parte de UP, que criticaba la férrima defensa de PSOE al extorturador, hoy investido Ministro de Interior, Grande-Marlaska. Sin embargo, para sorpresa de absolutamente nadie, UP siguió apoyando, sosteniendo y legitimando a este criminal de gobierno, del que ellos son cómplices directos.
Estamos presenciando un sobreactuado show electoralista por parte de los partidos que se dicen progresistas, en el que también participan PP y VOX en una calculada simbiosis, para exaltar las pequeñas diferencias que hay entre unos y otros. Lo que no dicen es lo que los partidos de todo el espectro electoral tienen en común, que es que todos defienden el mismo sistema capitalista enemigo de nuestra dignidad y que todos lo hacen a base de manipulación y feroz represión. Conviene poner el acento en las pequeñas diferencias y exagerarlas para disimular que son patas de un mismo régimen. No fuera que quede más claro que gane quien gane seguirán en pie tribunales fascistas como la Audiencia Nacional; que ninguno derogará las leyes que nos agradecen en todos los terrenos; que todos defenderán la permanencia en la UE-OTAN imperialistas; que todos dejarán tranquila a la monarquía puesta a dedo por Franco, cosa que supone un derroche multimillonario; o que ninguno plantará cara de verdad a los monopolios que nos arruinan mientras baten récords de beneficios.
Todo ello ha quedado sobradamente demostrado con PSOE y UP. Por eso su charlatanería, presumiendo de ser incómoda para los grandes magnates, es un teatro pactado. Lo demuestra (aparte de su aumento de ganancias), la potente campaña a favor del Gobierno que están haciendo una gran parte de los medios de la oligarquía. Aupando además a su mimada Yolanda Díaz para que no deje de sumar más confusión, más desmovilización, más embellecimiento del Estado y otra muleta del PSOE. Lo necesitan ante tanto descrédito de la muleta prometida.
Conscientes del nefasto panorama que han dejado, PSOE y UP azuzan el miedo a VOX para amortizar la pérdida de votos y desviar la atención. Aluden al “voto útil” cuya utilidad no es otra que la de perpetuar y legitimar las lacras que padecemos. Una gran parte no vota convencida, sino promoviendo la dañina premisa de que hay que tragar un supuesto “mal menor”. Cuando ni es aceptable aupar males ni realmente es menor, atendiendo a los datos y como nadie desmoviliza más que la falsa izquierda. ¿Acaso los sueldos y pensiones de miseria, el paro masivo, el carísimo precio de la vivienda y de otras necesidades básicas, la sanidad maltratada, el brutal aumento del presupuesto militar-imperialista, los manifestantes apaleados o imputados y los presos políticos, son tolerables en nombre del progresismo? Lógicamente, debería generar aún más protesta, pero no es así. De ahí que amplios sectores de la oligarquía quieran repetir este gobierno que les facilita tanta calma en las calles. Pues semejante contexto con PP-VOX en la Moncloa provocaría mucho más rechazo y conflictividad.
La empobrecedora labor de los falsos progresistas ha puesto en bandeja el crecimiento de VOX, es imposible combatirlos con el voto a quienes los nutren y toleran. No cabe duda de la peligrosidad de los “voxeros” y su influencia ultra reaccionaria, pero ni PSOE-UP los combaten con determinación, ni quitan privilegios a la iglesia y sectas ultra católicas que los patrocinan o comandan (el propio PSOE tiene miembros del OPUS en sus filas), ni se diferencian en cuestiones fundamentales como las citadas anteriormente. Ni la porquería se limpia con más porquería, ni queremos ser devorados por un león o un tigre.
No se puede llamar antifascista, ni democrático, ni progresista, a un gobierno que, mientras envía una tanqueta para reprimir a trabajadores en lucha, permite la impunidad, lucro y condecoración de numerosos torturadores. Que mientras tolera al nazismo y lo arma en Ucrania o a la multitud de nazis que forman parte de las fuerzas armadas del Estado español, tiene las comisarías, los juzgados y las cárceles repletas de represaliados antifascistas. Que mientras permite el enaltecimiento de todo fascismo, no deroga los delitos de expresión por denunciar las fechorías de los poderosos. Que mientras infiltra los movimientos sociales con agentes que incluso mantienen relaciones sexuales o sentimentales con espiadas, se niega a hacer memoria con todos los antifascistas asesinados en la “transición” y, posteriormente, muchos de ellos por los GAL creados por el PSOE. Que mientras aprueba leyes fascistas como la de “Seguridad Nacional”, prohíbe numerosas manifestaciones realmente progresistas. Son solo unos ejemplos de la extensa lista que demuestra que no están en nuestra barricada sino en el lado opuesto. Igual que los roles de “poli bueno” sirven al mismo cuerpo represivo, PSOE-UP y PP-VOX, como dos caras de la misma moneda, representan la dictadura de los monopolios y la vulneración de nuestros derechos y libertades. Si un árbol no puede impedir ver el bosque, el comodín de VOX no puede ser una carta blanca para que el Gobierno se libre de ser combatido y encima se le prime votándolo.
–https://pablohaseldesdeprision.wordpress.com/2023/05/18/el-comodin-de-vox/