El periodista vasco Pablo González informaba desde Polonia acerca de la crisis humanitaria en la frontera entre dicho país y Ucrania cuando fue detenido. Era 28 de febrero de 2022.
Desde entonces continúa encarcelado de manera preventiva en una prisión de Polonia. De ese tiempo a esta parte, el gobierno español, ese que se autoproclama el más progresista de la historia, no ha movido un solo dedo para procurar su liberación. Es más, podría decirse que es cómplice del sufrimiento del periodista, lo mismo que los medios de (in)comunicación españoles, que guardan tanto silencio y están supeditados a sus dueños: el gran capital.
Pablo González se enfrenta a 10 años de prisión. Ya son dos las navidades que pasa privado de libertad y alejado de su familia. Son ya 674 días los que lleva secuestrado. ¡Ya va siendo hora de que se haga justicia!