La película Mr Jones (2019, Agnieszka Holland), es otro panfleto anticomunista que insiste en el ya manido tema del Holodomor, la hambruna acontecida en Ucrania entre 1932-1933 que achacan a un supuesto proceso de ‘colectivización forzada’ por parte de Stalin.
El largometraje se enmarca en lo que podríamos ya catalogar como el subgénero cinematográfico de «barbarie roja», y se basa en la figura del joven periodista galés Gareth Jones (1905-1935), quien tras su viaje a Rusia acusó a Stalin de provocar de forma deliberada una gran hambruna en Ucrania.
En el film, el periodista viaja a Moscú con el objetivo de entrevistar a Stalin, obsesionado con saber cual es la ‘fuente de riqueza’ de la URSS en aquel periodo histórico. Sin lograr finalmente la entrevista con el líder comunista, termina desplazándose a Ucrania, donde, según la película, descubre toda una estructura de explotación sobre los ucranianos, quienes producen de forma masiva grano para enviarlo a la capital mientras ellos mueren de hambre y frío.
La directora polaca Agnieszka Holland, recurre a la demagogia con escenas que muestran a vecinos que recorren el poblado con un carro tirado de un burro para recoger cadáveres congelados entre la nieve, o niños ucranianos pálidos y desnutridos que le cantan a un Jones impactado: «hambre y frío hay en nuestros hogares, nada que comer». En definitiva, a medida que avanza la cinta, se construye un panorama dantesco que refuerza una vez más el relato de la propaganda capitalista sobre la ‘feroz tiranía’ comunista.
El anticomunismo de Holland
Efectivamente, al profundizar en el perfil ideológico de Agnieszka Holland, podemos comprobar su odio hacia el comunismo. En una entrevista concedida en 2020 para el periódico La Vanguardia, la directora no duda, sin ningún tipo de rigor, en equiparar comunismo y fascismo: dos ideologías que están en las antípodas una de la otra.
«En los últimos años he estado pensando en que es muy peligroso e injusto que igual que los delitos nazis formaron parte de la cultura global, los delitos comunistas de Stalin han sido prácticamente desconocidos, olvidados y perdonados», afirma la realizadora polaca, quien luego añade que «Stalin era probablemente igual de criminal que Hitler». Una vez más, poniendo en el mismo nivel a quienes querían devolver a Europa al oscurantismo frente a quienes la liberaron del nazi-fascismo y trajeron las mayores conquistas sociales que ha conocido hasta la fecha la clase obrera y la humanidad.
La mentira del Holodomor
El historiador estadounidense Grover Furr desmonta en sus trabajos la idea central de que hubo un ‘Holodomor’, es decir, una hambruna deliberada. Como explica Furr, a lo largo de la historia, y en concreto en esos años, se produjeron algunas hambrunas en la URSS en los años 1917, 1918, 1920, 1924 y 1928. Estas no se debieron a ‘malvadas decisiones’ de los dirigentes comunistas que querían matar de hambre a su pueblo, sino que respondían, principalmente a catástrofes ambientales (sequías o bien lluvias demasiado abundantes), plagas y a una agricultura soviética que todavía estaba en proceso de modernización. Esta última causa fue precisamente la que llevó a Stalin a transformar la agricultura mediante la colectivización y la construcción de grandes granjas de carácter industrial.
El Holodomor fue un invento de la propaganda anticomunista cuya finalidad era, además de desprestigiar a la URSS, lograr que la opinión pública internacional equiparara al comunismo con el nazismo. Asociando la palabra ‘Holodomor’ con la palabra ‘Holocausto’ (judío), y hablando de cifras de muertos similares: entre 7 y 10 millones en el Holodomor; y 6 millones en el Holocausto. La realidad es que este relato de la ‘tiranía roja’ hace aguas y no se sostiene de ninguna manera. Stalin no era Hitler. Bajo su liderazgo, la URSS no solo derrotó al nazismo, sino que fue capaz de transformar un país anclado en el feudalismo en toda una superpotencia en todos los ámbitos. También en la agricultura.
(Nueva Revolución)