Ante la posibilidad cierta de que la guerrilla hutí corte el paso de las navieras que traen productos de consumo a Occidente, los países imperialistas se han puesto en marcha para defender su mercancías. De hecho, la UE ultima la puesta en marcha de una misión armada en el mar Rojo, que sea independiente de la desplegada por EE UU pero a su servicio, bautizada como la operación «Guardián de la Prosperidad». Mientras tanto, la situación se recrudece tras los bombardeos de EE UU y Reino Unido en Yemen ante la impunidad y el silencio internacional.
El máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, envió la semana pasada una propuesta a las capitales para poner en marcha una misión compuesta por tres fragatas para escoltar y proteger los barcos que transitan por el mar Rojo.
Según el periódico Welt am Sonntag, Berlín prevé que la fragata alemana Hessen zarpe hacía el mar Rojo el 1 de febrero, aunque antes el Parlamento alemán debe dar luz verde. Esta nave está equipada con misiles antiaéreos y un sistema de reconocimiento de radar. Según la misma publicación, Alemania calcula que la operación europea podrá estar lista a finales de febrero.
El presidente de gobierno español, Pedro Sánchez, ha abierto la puerta a enviar oficiales de enlace a la misión de EE UU en el mar Rojo, tal y como le ha pedido Washington.