Las imágenes que se pueden observar ya son de por sí elocuentes. La barbarie, el genocidio sionista contra el pueblo de Palestina no se detiene. La llamada comunidad internacional, como siempre, guarda cómplice silencio. Por su parte, la ONU continúa ofreciendo fehacientes muestras de quienes realmente la dirigen, de que es una herramienta inservible para la inmensa mayoría de la humanidad. Es más, es tan horrible el comportamiento de quienes pertenecen a esa minoría que señalamos, que ni siquiera podemos llamarles humanos.
El pueblo de Palestina sufre sobremanera. Pero no se doblega; algún día será libre.