Siempre estaremos dispuestos a colaborar, a cooperar con el pueblo de Namibia
«Nuestra casa es su casa». Así le dijo, en español, el presidente namibio, Hage Geingob, al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, al iniciar ayer las conversaciones oficiales entre ambas delegaciones, en la sede de la Casa de Estado.
En Namibia, dijo, «consideramos a los cubanos como hermanos, por lo tanto, confío en que usted se sienta aquí como en casa».
Esa calidez marcó todo el diálogo, que se extendió por espacio de una hora, y estuvo precedido por un encuentro tête â tête, como se dice en términos diplomáticos.
Reconocemos en usted, aseveró Díaz-Canel , a un continuador de esas relaciones iniciadas por Sam Nujoma, mantenidas por Hifikepunye Pohamba, y que ahora usted alimenta de manera ejemplar.
Por todo ello, por los méritos, y por su amistad hacia la Mayor de las Antillas, el Presidente caribeño le hizo saber la decisión del Estado cubano de otorgarle a Hage Geingob la máxima distinción que concede: la Orden José Martí.
Además, lo invitó a realizar una visita oficial a la Isla.
APOYO, CARIÑO Y SOLIDARIDAD PARA CUBA
El cariño hacia Cuba distinguió las palabras del mandatario Hage Geingob, en las conversaciones oficiales de este domingo.
A Cuba, significó, todo nuestro reconocimiento y admiración, por el valeroso papel desempeñado, bajo el liderazgo de Fidel Castro Ruz, para el logro de «nuestra definitiva independencia». Entonces, recordó, el único camino que teníamos era la lucha, y «nunca vamos a olvidar el coraje y la voluntad de los combatientes internacionalistas cubanos que llegaron a apoyar a nuestro país».
Los cubanos, subrayó, no vinieron a ayudarnos para conseguir nada a cambio, sino por una cuestión de principios; por nuestra libertad y también la de otros pueblos. «Los cubanos pelearon en Namibia como si lo hicieran por Cuba», sentenció.
«Nosotros siempre estaremos agradecidos y apoyando al pueblo de Cuba, por eso nuestra actuación en defensa de Cuba se basa en ese agradecimiento que sentimos por ustedes», recalcó.
Reafirmó la decisión de trabajar para llevar adelante la implementación de múltiples acuerdos de cooperación que resultarán mutuamente beneficiosos. Luego de agradecer la colaboración que por más de 30 años ha existido entre Cuba y Namibia, refirió que en estos momentos se desarrolla en las áreas de Salud, educación, pesca, construcción, deporte y otras.
«Los profesionales cubanos de la Salud son reconocidos y admirados en todo el mundo, y nosotros tenemos la suerte de contar con varios de ellos que prestan servicios en instituciones médicas de todo el país», destacó. «Algunos de nuestros médicos no quieren ir a las zonas rurales de Namibia y, sin embargo, los cubanos están por todas partes», reconoció.
Al hacer referencia al bloqueo contra el pueblo cubano por parte del Gobierno de Estados Unidos, el Presidente namibio reiteró que su país continuará «demandando que se levante», porque es «imposible entender esa situación, se trata de una cuestión de derechos humanos».
DESDE CUBA, GRATITUD PARA NAMIBIA
Para nosotros es muy importante esta visita –aseveró el Presidente Díaz-Canel a su homólogo namibio–, e independientemente de las condiciones que se vivan en Cuba, producto del bloqueo, «siempre estaremos dispuestos a colaborar, a cooperar con el pueblo de Namibia», y a seguir ampliando nuestras relaciones de todo tipo.
En sus palabras, también la evocación a la bonita amistad que existió entre el Comandante en Jefe y Sam Nujoma, la cual dejó un legado «que nosotros defendemos».
Con especial agradecimiento, el dignatario caribeño se refirió a la coherencia, firmeza y lealtad con que Namibia ha denunciado durante todos estos años el injusto bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a Cuba. Su gratitud, sobre todo, destacó, por ser Namibia la promotora «de una iniciativa para que año por año, en la Unión Africana, se aprueben resoluciones en contra de ese bloqueo y a favor de Cuba», y también por el voto enérgico con que en la Asamblea General de las Naciones Unidas defienden la resolución cubana contra esa política estadounidense hacia nuestro país.
Igualmente, dio las gracias a Namibia por las donaciones enviadas a la Isla para ayudarnos a enfrentar complejos escenarios como la pandemia de la COVID-19, la explosión del Hotel Saratoga, el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas y otros.
Tras manifestar su satisfacción por todo lo que «hemos avanzado en nuestras relaciones», y el empeño para fortalecerlas, Díaz-Canel comentó acerca de la ampliación de proyectos en campos como la Educación Superior, Cultura, Deporte y Salud. Asimismo, invitó a los empresarios namibios para participar en la próxima Feria Internacional de La Habana.
Comentó, además, que, como resultado de esta visita, se acordó retomar la Comisión Intergubernamental entre Cuba y Namibia, para elevar los vínculos económico-comerciales, a la par del excelente nivel de las relaciones políticas.
Al término de las conversaciones oficiales, en presencia de ambos mandatarios y de sus respectivas delegaciones oficiales, se firmaron tres acuerdos asociados fundamentalmente al desarrollo de las relaciones institucionales de cooperación en la esfera de negocios, así como a la realización de consultas políticas diplomáticas para fortalecer las relaciones bilaterales y fomentar los intercambios sobre temas de interés común.
ACRE DE LOS HÉROES, HOMENAJE A LA HISTORIA
Directamente de la Casa de Estado, el Presidente de la República de Cuba, acompañado por la delegación oficial que participa en esta visita, se dirigió hasta el Acre de los Héroes. En nombre del pueblo de Cuba, depositó allí una corona de flores y rindió honores a la historia de esta nación y a sus héroes.
Historias de Namibia, historias de Cuba
De historias y sentimientos se llenó la sala del encuentro entre el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y representantes de los movimientos de solidaridad en Namibia, en su mayoría graduados en escuelas de la Isla, y miembros de la comunidad cubana residente aquí.
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A Cuba llegaron 601 niños luego de ser rescatados por combatientes cubanos tras el ataque del ejército racista sudafricano, el 4 de mayo de 1978, al campamento de refugiados de Cassinga, en el sur de Angola.
Miles de namibios recibían abrigo allí. Ese día serían víctimas de una masacre que dejó 624 civiles muertos, en su mayoría mujeres y niños, y más de 600 heridos.
El Grupo Táctico No. 2 de Tchamutete, de las tropas cubanas en Angola, se encontraba a unos 16 kilómetros del lugar donde se cometía una de las matanzas más terribles de África.
A pecho descubierto acudieron a enfrentar la arremetida. En un combate desigual que duró más de 12 horas, cayeron heroicamente 16 internacionalistas y cerca de 80 fueron heridos.
La acción permitió salvar cientos de vidas, entre ellas más de 300 heridos que fueron atendidos por los servicios médicos cubanos.
Tras los hechos, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz propuso a Sam Nujoma, líder del movimiento de liberación nacional de Namibia, la Swapo, traer a Cuba a víctimas del crimen.
Luego del arribo de los 601 niñas y niños de Cassinga a la Isla de la Juventud, quienes empezarían a vivir y estudiar en dos escuelas escogidas para ellos, Fidel fue a visitarlos.
«Cuando él llegó, nos preguntó: ¿Alguien sabe español aquí? Nadie respondió. Yo sabía muy poco inglés y de español nada, solo hablaba algo de portuñol. Éramos muchachos que, tras lo sufrido, estábamos necesitados de un padre. Entonces levanté la mano y me puse ahí, a traducir, a mi manera.
«Fidel nos decía que ahora Cuba también era nuestra casa, que ahora estábamos fuera de peligro; que no estábamos en la zona de guerra, que no íbamos a estar nunca más solos, que ahora lo que teníamos era que estudiar y prepararnos, porque cuando Namibia fuera independiente, nosotros seríamos los que teníamos que liderarla. Yo no sé cuándo será independiente, pero les aseguro que Namibia será libre, nos dijo entonces el Comandante.
«Seis meses después, Fidel vino de nuevo a visitarnos. Entonces le preguntó a los muchachos que si necesitaban de nuevo un traductor, y ellos dijeron, ¡Noooooo!. Entonces Fidel se viró para mí y me dijo, Sebastián, estás botaooo.
«Yo soy un niño de Cassinga», contó Sebastián Ndeitunga, un querido y emblemático militar que alcanzó el grado de teniente general y fue Inspector General de la Policía de Namibia. Al retirarse, en 2022, era el jefe de Policía con más años de servicio desde la independencia de Namibia.
Sebastián, como le dicen cariñosamente los cubanos que lo conocen, nació alrededor de 1962 (no tuvo inscripción de nacimiento hasta 1993). En Cuba se graduó como licenciado en Derecho.
En el encuentro con el Presidente antillano, Sebastián recordó las relaciones especiales de Namibia y Cuba, y el cumplimiento de la promesa de Fidel, porque –dijo– Namibia fue independiente en 1990, y muchos de los muchachos que estudiaron en Cuba hoy ocupan importantes cargos en la vida pública o en el sector privado.
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Martha no sabía nada de Cuba ni de Fidel hasta un día, cuando, adolescente, ya en tiempos de Namibia independiente, estaba viendo televisión con sus padres y escuchó de la victoria de los cubanos, los angolanos y los combatientes de la Swapo en Cuito Cuanavale; también oyó hablar de Cassinga y de otras historias de Cuba y de Fidel. «Me quedé impresionada con él; y ese día me prometí que, cuando yo fuera directora de escuela, le iba a poner a esta el nombre de Fidel Castro Ruz».
En 2007, Martha fue designada directora de una escuela que ya tenía nombre, pero debieron reubicarla en otro lugar, y este no tenía nombre. Se propusieron tres, pero ella pidió que fuera Fidel Castro. La propuesta se llevó a votación de la directiva de la escuela, y se aprobó unánimemente. Se sometió luego al criterio de los padres de los niños, y fue unánime también la aprobación.
Hoy, en el humilde barrio de Katutura, a 15 kilómetros de Windhoek, más de 1 500 niñas y niños estudian en la escuela primaria Fidel Castro Ruz. Su directora es Ndapandula Martha Shilyomunhu; Martha, como simplemente le dicen los cubanos.
En el encuentro con el Presidente, la delegación oficial que este encabeza le entregó a su instituto, dedicado a la enseñanza elemental, un cuadro del destacado pintor cubano Dausell Valdés Piñeiro, en la que se apropia de la icónica imagen de Fidel en la Sierra Maestra, con su fusil, y lo delinea y rellena, siguiendo su ya reconocido estilo, con plantas cubanas, en este caso, las características de la Sierra Maestra.
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Keneneth Muatara fue becario en la Isla de la Juventud desde la infancia. Se licenció en Cultura Física. Ya en Namibia, accedió a incorporarse a las fuerzas de la Policía, para apoyar en la preparación física de los combatientes.
Ken, como le dicen aquí, se inclinó por el boxeo y hasta participó en versiones del exigente torneo internacional Giraldo Córdova Cardín, en los años 90, representando a su país. Es hoy Jefe Inspector de la Policía Nacional de Namibia.
Ken está orgulloso de que, en las últimas décadas, ganada la independencia, Namibia siempre tenga clasificados a los Juegos Olímpicos. «Eso es también resultado de lo que aprendieron jóvenes de nuestro país en Cuba». En Namibia no hay entrenadores cubanos colaborando, pero Ken afirma que, «detrás de cada avance o éxito que tiene su país en el deporte, también está Cuba».
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La hermosa Nguvitjita Kambura recién se licenció en Estomatología en Cuba, junto a otros 49 namibios, de los cuales algunos estuvieron en el encuentro con el Presidente Díaz-Canel.
«Nunca nos vamos a olvidar de ustedes. Gracias Cuba por todo lo que ha hecho por los hijos de las revoluciones africanas». Tijita no dijo más. Al cabo del alegre intercambio en el que participaron unas 200 personas, se le vio enjugándose las lágrimas, aunque se esforzaba por reír.
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Salomón Heita estudió en Cuba y se graduó de técnico en Radiología. El 25 de noviembre de 2016, cuando supo del fallecimiento del Comandante en Jefe Fidel Castro, llamó a su hermana y a otra compañera de aula para salir de inmediato hacia Cuba y acompañar a su pueblo en un momento de tanto dolor.
Al llegar a la terminal aérea de Varadero, quiso alquilar un auto, pero en la renta le dijeron que solo había carros disponibles para quienes los reservaron desde el extranjero.
Heita insistió, le dijo que él era namibio y que tenía que llegar a Santiago de Cuba para el sepelio del Comandante. «¿Eres Namibio? Yo soy internacionalista, y luché junto a los combatientes de la Swapo», le dijo el trabajador de la renta, quien, de inmediato, hizo una llamada y, a los pocos minutos, le entregó la llave de un auto.
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Rafael Ramírez vive en Namibia hace años. Es el presidente de la Asociación Patria, que agrupa a cubanos residentes que han hecho parte de su vida el apoyo y la solidaridad con su país.
Es un cubano rellollo, pero no deja de agradecer a la Patria por la solidaridad y firmeza hacia Namibia, por su entrega a las luchas por la independencia de esta nación; por todo el sacrificio de sus compatriotas, junto a los combatientes angolanos y namibios.
La entrega de Cuba hacia sus hermanos africanos ha llevado a que los hijos de la Isla sean tremendamente queridos en Namibia, un sentimiento que ha llevado a que, quienes han decidido vivir aquí, sean objeto de mucho cariño y respeto.
Rafael explicó el compromiso de la Asociación Patria con su tierra natal. «En la distancia siempre estamos pendientes de Cuba».
Quienes estamos aquí, gracias a la educación recibida allá –dijo en otro momento– también somos personas muy capacitadas. Aquí hemos adquirido mucha experiencia en los negocios, y estaremos felices de compartir esos aprendizajes con la Patria, afirmó el cubano-namibio, quien pidió a Díaz-Canel encontrar las mejores vías económicas y comerciales para que ellos puedan aportar a Cuba en momentos tan complejos como los actuales.
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Osvaldo Laseria y su esposa, también cubana, fueron cooperantes aquí y, en su momento, decidieron casarse y vivir en este país. Ya tienen un niño. Sus padres son cubanos, pero su cuna es namibia.
Laseria habló en nombre de su familia. Agradeció a Díaz-Canel por la contribución que ha hecho desde su cargo para eliminar barreras y acercar cada vez más a quienes viven dentro y fuera de Cuba, y por aprobar leyes que rechazan todo tipo de discriminación, sea por color de la piel, género, preferencia sexual…
Nosotros, quienes no estamos viviendo en Cuba, sobre todas las cosas siempre hemos sido y somos cubanos, afirmó.
NAMIBIA SIEMPRE AMIGA
El encuentro se inició con una intervención del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien señaló que visitar un país «tan entrañable como Namibia, al que nos unen fuertes lazos históricos, será siempre motivo de gran satisfacción».
Lo es, en primer lugar –reflexionó– «porque estamos en África, de donde salieron, mediante la criminal trata trasatlántica de esclavos, una parte de nuestros ancestros, cuya contribución fue determinante para la conformación de la nacionalidad cubana».
Y luego, aquí, en el siglo pasado –añadió– «nos unió para siempre la feroz batalla que libramos unidos por la independencia de Namibia desde suelo angolano.
«La sangre derramada en esa gesta ayudó a sellar para siempre esta hermandad indestructible», definió el Presidente de la Mayor de las Antillas, que también exaltó la solidaridad que ha recibido Cuba desde África (…) y más aún en Namibia, donde se percibe un especial cariño y afecto hacia Cuba».
Díaz-Canel agradeció así, «profundamente, las permanentes muestras de solidaridad y apoyo hacia Cuba que desarrollan los movimientos sociales y populares, sindicales, estudiantiles, de mujeres, juveniles, religiosos y de los cubanos patriotas» que residen en Namibia, a quienes agradeció «las donaciones y muestras de amor en estos momentos difíciles para Cuba.
«La amistad que ustedes profesan por Cuba –dijo el Presidente a los representantes de los movimientos de solidaridad namibios y a los residentes cubanos– nace del más noble y profundo sentido del deber y la justicia. Y así como Cuba luchó por África sin esperar más que la satisfacción por el deber cumplido, ustedes apoyan nuestra causa sin esperar compensación material alguna, porque saben que la historia y la verdad están de nuestro lado».
En la tarde de este domingo, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República también sostuvo un intercambio con representantes de los más de cien colaboradores cubanos que trabajan hoy en Namibia, 85 de ellos en el sector de la Salud.
La delegación oficial cubana encabezada por Díaz-Canel, a quien acompaña su esposa, Lis Cuesta Peraza, está integrada, además, por el miembro del Buró Político Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores; José Angel Portal Miranda, titular de Salud Pública; Miriam Nicado García, miembro del Consejo de Estado y rectora de la Universidad de La Habana; Ana Teresita González Fraga, viceministra primera de Comercio Exterior, y Anayansi Rodríguez Camejo, vicetitular del Minrex, entre otros directivos.
Un hecho histórico en un día histórico
Amistad: es ese el mejor lenguaje que pueda haber inventado jamás el hombre, uno que no conoce barreras de idiomas, ni geografías, ni culturas… un lenguaje que une pueblos de manera indestructible.
Por la amistad, profunda y entrañable, que hace décadas une a Cuba y a Namibia, primero en la lucha por la independencia y tras esta, contribuyendo a su desarrollo, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez, estuvo en la tarde del sábado como invitado especial en el acto de conmemoración por el Día de los Héroes de esta nación africana.
En el Estadio de la Independencia, ubicado al sur de la ciudad de Windhoek, tuvieron lugar la parada militar, los discursos y las fiestas por la efeméride, en su 33 edición.
Los mandatarios de las dos naciones llegaron en un jeep descapotable que recorrió el interior de la instalación mientras ambos saludaban a los namibios que acudieron a la ceremonia, a miembros del movimiento de solidaridad con la Mayor de las Antillas, a colaboradores cubanos, entre los que sobresalían las batas blancas del personal de la Salud que coopera en esta nación.
En diferentes lugares de las gradas podían observarse banderas de Cuba y Namibia, mientras al centro de la pista se encontraban perfectamente formados los diferentes componentes militares en representación de los tres ejércitos.
Al unísono de las notas del himno nacional de Namibia y otros cánticos tradicionales, el eco de las salvas de artillería parecía no tener fin en medio de la más autóctona pradera africana.
Resulta imposible no recordar entonces las tantas historias de heroísmo y entrega que ha protagonizado el noble y valiente pueblo namibio, junto al cual también estuvo el pueblo cubano.
Tras el pase de revista a las tropas, que hicieron juntos los dos presidentes, en el estadio irrumpió con total marcialidad el desfile militar.
Este, por muchas razones, es un día de fiesta en Namibia, cuando se honra a los héroes y se celebran la libertad y la vida que el esfuerzo y el coraje de tantos miles permitieron proteger para las generaciones futuras.
De la unidad, como algo muy preciado, y también de paz, desarrollo, agradecimiento… hablaron en diferentes momentos quienes hicieron uso de la palabra en el transcurso de la ceremonia.
A la Mayor de las Antillas, a Fidel, y a nuestro pueblo, también los honores en esta memorable jornada para los namibios, porque en esta nación bien saben ya que allí donde haya un hombre que necesite a Cuba, estará siempre nuestro pueblo para apoyarlo.
CUBA HEROICA Y AMADA
«Hace 57 años, un día como hoy, en un lugar llamado Ongulumbashe, tuvo lugar un acontecimiento que hizo época, que alteró la trayectoria de Namibia en la búsqueda de la independencia frente al apartheid. Este es el día en el que se hizo historia. Este es el día en que los valientes hijos e hijas de nuestra patria llegaron a un punto sin retorno y escogieron el camino de la lucha armada».
El doctor Hage G. Geingob, presidente de la República de Namibia, encabezó el discurso central recordando por qué cada 26 de agosto, desde hace 33 años –desde que se alcanzó la independencia–, se hacen estas conmemoraciones, dedicadas a recordar aquella fecha de 1966, cuando el movimiento de liberación nacional Swapo inició acciones guerrilleras en la norteña localidad de Ongulumbashe.
Por la significación de esa fecha, y por lo que Cuba representó para la lucha armada del pueblo de Namibia y el logro de la independencia, Hage G. Geingob calificó de «gran importancia que en este día especial, cuando conmemoramos a esos héroes y heroínas que pagaron el máximo sacrificio por la libertad, nos acompañe un grupo de invitados muy especiales, y al frente de ellos un líder muy especial, a quien estamos orgullosos de darle la bienvenida hoy como nuestro Invitado de Honor», señaló, girándose hacia el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
«Las admirables e históricas hazañas del pueblo cubano, bajo el liderazgo del Padre de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, continuarán siendo una gran fuente de inspiración para los namibios», señaló el mandatario.
«Namibia y Cuba –reflexionó– comparten un vínculo de amistad de larga data, y ni siquiera la inmensidad del océano Atlántico que se encuentra entre nosotros puede romper este duradero vínculo, porque es un vínculo forjado a través de la sangre de nuestros patriotas caídos, un vínculo grabado en las trincheras de los campos de batalla, de lucha por la libertad y la independencia».
Los hijos e hijas de Namibia debieron cruzar muchos ríos de sangre para poder alcanzar la libertad, señaló el estadista, recordando palabras del comandante de las Swapo, Eneas Peter Nanyemba, y lo hicimos, añadió, con la ayuda de nuestros aliados, los valientes luchadores internacionalistas cubanos, que combatieron codo a codo con nuestros combatientes para derrotar, de una vez por todas, el flagelo del apartheid en el sur de África.
«Los combatientes de Cuba –recordó– no buscaron recompensa a través de sus acciones heroicas. Fueron simplemente impulsados por los mismos principios que los habían ayudado a alcanzar la Revolución en su propio país».
El sacrificio de sangre de los internacionalistas cubanos junto a los hijos e hijas de Namibia permanecerá para siempre en los anales de la historia, señaló Hage Geingob, quien reiteró la firme condena de su país al bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos contra Cuba.
NAMIBIA Y CUBA EN MARCHA UNIDA
A cargo de las palabras finales de la conmemoración del Día de los Héroes de Namibia, Díaz-Canel transmitió a su pueblo y gobierno un afectuoso saludo enviado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana.
También agradeció «la invitación del entrañable compañero presidente Hage Geingob, no solo para realizar una visita oficial a Namibia, sino para, en nombre de Cuba, participar como invitado especial en esta importante conmemoración del 26 de agosto».
«Hoy, junto a ustedes, rendimos emocionado y merecido tributo a los héroes y heroínas de este país, quienes, con el sacrificio de sus vidas, abonaron el camino a la definitiva independencia», señaló Díaz-Canel, que hizo «un especial reconocimiento al Padre fundador de este país, el doctor Sam Nujoma, querido amigo de Fidel y de todo nuestro pueblo».
Acudiendo a una hermosa frase del himno nacional de esta nación, el presidente antillano señaló que «Namibia es la tierra de los bravos», de lo cual –dijo– pueden dar fe los internacionalistas cubanos que compartieron trinchera con los combatientes de la Swapo en los difíciles días de la guerra en Angola.
«Ustedes –exclamó– lucharon contra la injusticia en el campo de batalla y en la mesa de negociaciones, y Cuba se honra por haberlos apoyado. No había camino más honorable a la independencia de este hermoso país».
En otro momento de su intervención, destacó que Cuba y Namibia marchan juntas en el arduo camino al desarrollo, con la participación de miles de colaboradores cubanos, una cooperación que sigue haciéndose en campos como la salud, la educación, la pesca, el transporte y la construcción.
Y agradeció «al gobierno de Namibia por promover cada año, en la Unión Africana, la adopción de resoluciones contra el bloqueo a Cuba, y por hacer escuchar su voz desde el podio de la Asamblea General de la ONU, y mantener un consistente apoyo a favor de las resoluciones sobre el tema en ese órgano».
RECIBIÓ DÍAZ-CANEL LA MÁXIMA CONDECORACIÓN DE NAMIBIA
«Siento una enorme gratitud por recibir esta condecoración, y lo hago en nombre del pueblo de Cuba», expresó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en las conmemoraciones por el Día de los Héroes de Namibia, luego de otorgársele la Orden de la Antiquísima Welwitschia Mirabilis en Primer Grado, banda honorífica que le fue colocada por el presidente Hage Geingob.
En el edicto de otorgamiento de la más alta condecoración de este país se destaca que Cuba «ha contribuido inmensamente a la lucha del pueblo namibio por la libertad, la paz, la justicia y la independencia».
Las relaciones entre la República de Cuba y la República de Namibia –añade el documento– están grabadas por la inquebrantable hermandad, porque durante décadas estuvimos lado a lado, hombro con hombro, luchando contra la opresión y la ocupación extranjera.
Nuestros dos países hermanos han forjado vínculos inquebrantables respaldados por una historia común, agrega el certificado, que también hace una síntesis del apoyo de Cuba a la Swapo, el abrigo que se le dio en la Isla a muchos niños namibios víctimas de la guerra y las masacres, para quienes Cuba se convirtió en hogar. También se rinde homenaje a la crucial victoria de las tropas angolanas y cubanas en Cuito Cuanavale, en el año 1988.
La Orden de la Antiquísima Welwitschia Mirabilis en Primer Grado también fue entregada al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en marzo de 2008, «por su apoyo a las luchas de liberación africanas».
Cuba y Namibia marchan juntos en el arduo camino del desarrollo (discurso del presidente Miguel Díaz-Canel
(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)
Maestro de ceremonias;
Querido hermano, amigo y compañero Presidente Hage Geingob;
Estimados Vicepresidente Mbumba, Primera Ministra Amadhila y Viceprimera ministra Nandi-Ndaitwah;
Estimada Primera Dama Monica Geingob;
Distinguidos dirigentes del Parlamento, del Gobierno, autoridades locales, partidos políticos, líderes religiosos tradicionales y de otras instituciones de Namibia;
Héroes y heroínas;
Sisters and brothers of Namibia:
Permítanme transmitir un caluroso saludo del Partido Comunista de Cuba, del Gobierno y el pueblo cubanos al heroico pueblo de la República de Namibia, al que nos unen lazos de hermandad indestructibles.
Soy también portador de un afectuoso saludo para todos ustedes del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Líder de la Revolución Cubana.
Agradezco la invitación del entrañable compañero presidente Geingob no solo para realizar una visita oficial a Namibia, sino para, en nombre de Cuba, participar como invitado especial en esta importante conmemoración del 26 de agosto, Día de los Héroes de Namibia.
Hoy, junto a ustedes, rendimos emocionado y merecido tributo a los héroes y heroínas de este país, quienes con el sacrificio de sus vidas abonaron el camino a la definitiva independencia de su patria. Un especial reconocimiento al Padre fundador de esta nación, el Doctor Sam Nujoma, querido amigo de Fidel y de todo nuestro pueblo (Aplausos).
“Namibia es la tierra de los bravos”, dice su hermoso himno, de ello pueden dar fe los internacionalistas cubanos que compartieron trinchera con los combatientes de la Swapo en los difíciles días de la guerra en Angola.
Ustedes lucharon contra la injusticia en el campo de batalla y en la mesa de las negociaciones, y Cuba se honra por haberlos apoyado. No había camino más honorable a la independencia de este hermano país.
A partir del 21 de marzo de 1990 Namibia se convirtió en un símbolo de la resistencia en el África Sudoccidental, y con su victoria cavó definitivamente la tumba del oprobioso régimen del apartheid, que como un virus mortal se había extendido desde Sudáfrica hasta estas tierras.
Ese día terminó la barbarie y terminaron los sufrimientos del pueblo namibio, en cuya memoria quedan las huellas de episodios dantescos como la masacre de Cassinga. Allí se develó la entraña cobarde y genocida de los racistas sudafricanos, capaces de acribillar sin piedad a mujeres y niños refugiados en un campamento de la Swapo.
Rescatados por internacionalistas cubanos, niños sobrevivientes de la matanza encontraron familia, hogar y escuela en nuestro país (Aplausos). Allí Fidel los acogió como hijos, no solo para que estudiaran, sino para curarles del espanto vivido.
Sé que algunas de aquellas víctimas se encuentran hoy en este acto. A la memoria de sus familiares caídos y a la digna resistencia que les permitió a ustedes sobrevivir al horror, rendimos sentido tributo hoy (Aplausos).
Estimados compañeros:
Desde 1990 Namibia ha logrado ser un ejemplo de paz y concordia como nación, valores que irradia a la región y al mundo.
Con la misma firmeza con que se negó a seguir siendo colonia, Namibia exhibe hoy una admirable verticalidad de principios contra las injusticias de este mundo y en defensa de las causas de los pueblos.
Nuestras naciones marchan juntas en el arduo camino al desarrollo. Con ese fin, miles de nuestros compatriotas han laborado en este país y lo siguen haciendo en la salud, la educación, la pesca, el transporte y la construcción (Aplausos).
Los cubanos que combatieron en Angola por Namibia, en cumplimiento del sagrado deber internacionalista, pueden sentirse satisfechos, porque su sacrificio contribuyó decisivamente a la independencia de una nación que enorgullece a sus hijos, y Cuba ganó para siempre el respeto y el afecto de un aliado firme, valiente y honesto (Aplausos).
Sisters and brothers:
No es un secreto para nadie, y menos para quienes siguen de cerca la realidad del país, que Cuba atraviesa por una difícil coyuntura socioeconómica que tiene como causa principal la persistencia, por más de sesenta años, del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos de América, que ha escalado en los últimos tres años a niveles de presión sin precedentes, con efectos muy visibles en el nivel de vida de nuestro pueblo.
El cerco es tan brutal que ni siquiera durante el difícil periodo de la pandemia de la COVID-19 el gobierno de ese país escuchó la demanda mundial de que se redujeran o aliviaran las medidas coercitivas unilaterales contra Cuba.
Si a lo anterior se suman también los nocivos efectos de las diferentes crisis globales que están impactando fuertemente en el precio de los alimentos, el acceso a los combustibles y en el cambio climático, se comprenderá la gravedad de los desafíos que enfrentamos.
Por eso agradecemos muy sinceramente al Gobierno de Namibia por promover cada año, en la Unión Africana, la adopción de resoluciones contra el bloqueo a Cuba, y por hacer escuchar su voz desde el podio de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, y mantener un consistente apoyo a favor de las resoluciones sobre el tema en ese órgano (Aplausos).
Maestro de ceremonias;
Querido Presidente Geingob:
Estar en Namibia en el día en que honra a sus héroes y heroínas, en que agradece a sus veteranos y exalta el honroso aporte de todo el pueblo en la lucha por una patria libre e independiente, nos trae a la memoria una canción que toda Cuba canta en días de honrar a los héroes, y que fue siempre una de las preferidas de Fidel. Concluyo mis palabras con una de sus más populares estrofas:
“A los héroes / se les recuerda sin llanto, / se les recuerda en los brazos, / se les recuerda en la tierra; / y eso me hace pensar/ que no han muerto al final, / y que viven allí / donde haya un hombre, / presto a luchar, / a continuar”.
¡Gloria eterna a los héroes y mártires de Namibia! (Exclamaciones de: “¡Gloria!”)
¡Viva la eterna amistad entre nuestros pueblos! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡La lucha continúa, la victoria es cierta!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos! (Exclamaciones de: “¡Venceremos!”)
(Ovación)
(Diario Granma)