Fue la pasada semana cuando se anunció que el Gobierno de Navarra, con María Chivite como presidente, firmó un nuevo acuerdo de presupuestos con EH Bildu.
Este hecho, que ya viene siendo habitual, fue vitoreado por la coalición coordinada por Arnaldo Otegi. EH Bildu se vanaglorió de que con su apoyo UPN “y las derechas” llevan diez años sin “influir” en las políticas de la comunidad foral. Por supuesto, para dicha coalición el PSN (formación política de la presidenta y “filial” en Nafarroa del partido de los GAL) es de izquierdas.
Pues bien, EH Bildu optó por la abstención, facilitando así los presupuestos. Consiguió algunas migajas, que las vendió como algo importante, pero también aprobó con su abstención el considerable aumento de los agentes de la Policía Foral. La misma que no tendrá ningún reparo (lo ha hecho muchas veces) en contusionar cuerpos y cabezas con sus siempre nerviosas porras a los y las trabajadoras que reclamen sus derechos pisoteados.
Anteriormente ya habían conseguido rebajar la edad de jubilación de dicho cuerpo represivo. Muy “revolucionario” todo ello, como habrán podido comprobar.