PP-Vox presentan unos acuerdos reaccionarios contra toda la clase trabajadora y en especial contras las mujeres, los colectivos LGTB y otros grupos oprimidos. Así lo demuestran las políticas que han empezado a aplicar en ciertos territorios y los planes que han expuesto: eliminación de las consejerías de igualdad, prohibición de movilizaciones contra la violencia machista, derogar la ley trans…
Es curioso que ante esta situación se pueda plantear como solución reforzar a la izquierda del capital (La izquierda se vuelca…), que en parte ha allanado el camino a la derecha.
La incapacidad de la socialdemocracia –subyugada a los poderes financieros internacionales- a la hora de enfrentarse a los nuevos autoritarismos ha contribuido a imponer una agenda igualmente autoritaria (militarización de las calles, criminalización de los pobres, subida de los presupuestos militares, reforma del cogido penal, ilegalización y criminalización de la ocupación, infiltraciones policiales en movimientos sociales, refuerzo imperialista…), que han querido enmascarar con debates mediáticos como la ley trans, el solo sí es sí o la ratificación de los convenios sobre las trabajadoras del hogar. Y digo debates y no cambios, porque la plasmación real de todas esas leyes poco ha cambiado la situación de esos colectivos, que seguimos sufriendo condiciones miserables y violencia en todos los aspectos de nuestra vida.
Contrariamente, el carácter antiproletario de las medidas expuesta hace que empeoren las condiciones de las mujeres trabajadoras y grupos oprimidos.
Está claro que la derecha utilizara la normalización de este contexto autoritario y de las leyes antiproletarias para reforzarlas con sus ideas machistas, clasistas y racistas. Y lo va a hacer aprovechándose del descontento generado por el gobierno PSOE-Podemos.
Esta situación debería de hacernos ver que un proyecto de clase independiente es la única forma de hacerle frente a una ofensiva autoritaria del capitalismo y en concreto del fascismo.
Creando un proyecto que permita superar todas las formas de opresión y explotación a las que estamos condenadas y que tiene como premisa construir una sociedad que no se base en el beneficio económico.