Para hoy había convocadas 40 manifestaciones en diferentes lugares del Estado español, todas ella para decir NO al negocio de la vivienda. En Euskal Herria la convocatoria la asumió el Sindicato Socialista de Vivienda (con la adhesión de numerosos colectivos), y hoy, llegado el día, se ha llevado a cabo de manera multitudinaria en Donostia, la capital de Gipuzkoa.
La manifestación, contra el negocio inmobiliario y a favor del derecho universal de la vivienda, se ha puesto en marcha en el Boulevard. Miles de personas han recorrido las calles de la ciudad para volver al mismo punto de partida. Los lemas principales han sido “No al negocio de la vivienda” y “Ninguna solución vendrá de los empresarios ni de los políticos”.
Desde el Sindicato Socialista han denunciado que “los políticos están utilizando la preocupación social y las movilizaciones callejeras surgidas en torno al problema de la vivienda para fortalecer el negocio inmobiliario y financiarlo con dinero público”, y que las medidas que han adoptado e impulsado desde las instituciones públicas son “falsas”.
Los políticos institucionales consideran que el problema es la “falta de oferta”. Con esa consideración, que no es cierta, pues no faltan vivienda, sino que sobran rentistas, fortalecen el negocio inmobiliario para “hacer aún más rentable el negocio de la vivienda” a través de dinero público y “ofrecer beneficios y facilidades legales al sector del alquiler y al sector de la construcción”.
El Sindicato defiende que “la solución al problema de la vivienda no vendrá de los políticos que financian el negocio inmobiliario, sino de la lucha por la organización y mejoras efectivas para reducir las ganancias del sector inmobiliario”.
También se ha denunciado el problema de la vivienda como “factor fundamental del empobrecimiento de la clase trabajadora”. Igualmente, han hecho hincapié en que “los partidos políticos que dicen estar tomando medidas están aprovechando la oportunidad de negocio que presenta el problema de la vivienda para adoptar medidas a favor de empresarios y propietarios y presentarlas como medidas sociales”. Esto lo canalizan a través de “subvenciones al alquiler, exenciones fiscales de hasta el 100% para propietarios, financiación pública del sector de la construcción, la creación de un seguro público contra el impago, etc.”.
Mientras la vivienda sea un negocio siempre habrá personas que no puedan acceder a la misma. Por eso el Sindicato considera que eliminar el “carácter mercantil” de la vivienda es imprescindible “para dar una solución permanente y universal al problema”, ya que “mientras la vivienda sea una mercancía y vivamos en una sociedad basada en la desigualdad social y económica, el problema de la vivienda seguirá siendo el mismo”. Y ha añadido que “la única manera de acabar con el problema de la vivienda” es “construir una nueva sociedad, donde la vivienda no sea una mercancía, y los recursos se planifiquen en función de las necesidades sociales”. Obviamente, se refieren a la consecución del Estado socialista.