Entre lágrimas, la hija de uno de los obreros dijo:
“Vuestra ausencia retumba y nos sacude por dentro como la peor bofetada. Nos rompe, pero nos recuerda lo grandes que fuisteis”. Finalmente, la joven también recordó a la virgen de Santa Bárbara, a la que acababan de cantar, para afirmar que “se equivocó”, aunque no la condenó porque “cualquier querría tener a los mejores a su lado”.
La hija de Ibán terminó su emotivo discurso con unas palabras hacia su padre. “No quiero que te vayas sin decirte algo: aunque tengamos que aprender a vivir sin ti no te preocupes, dejas un legado de lo que fuiste. Fuerza, trabajo, sacrificio y espíritu de una familia unida. No te doy la razón en todo nunca, lo sabes. Solo tuviste un fallo: me enseñaste a todo menos a vivir sin ti”.
La joven se comprometió a llevar su apellido “tan alto como pueda, el cielo y el espacio se quedarán cortos”. Un inmenso aplauso ponía punto y final a la dura despedida de una hija hacia su joven padre que se fue en un tráfico accidente minero.