¿Podrán los comunistas de Bélgica y Grecia inspirar una nueva ola de resistencia en Europa?
En un panorama europeo dominado por la retórica extrema derecha, el PTB de Bélgica y el KKE de Grecia emergen como baluartes de esperanza comunista, movilizando a las masas y desafiando al poder establecido con una fuerza que comienza a ser arrolladora. ¿Podrán los comunistas belgas y griegos inspirar una nueva ola de resistencia en Europa?
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
En un panorama político europeo cada vez más amenazadoramente dominado por la retórica de la extrema derecha y la fragmentación ideológica que se aprecia en los ámbitos de la izquierda institucional, el «sorprendente» resurgir del Partido del Trabajo de Bélgica (PTB) se presenta hoy para muchos comunistas como una referencia esperanzadora.
Este renacimiento de los comunistas belgas no solo se está reflejando en las urnas, sino sobre todo en las calles, donde el PTB está logrando movilizar a una parte significativa de la población descontenta con el statu quo.
En este reportaje trataremos de examinar tanto el notable crecimiento del PTB, como la trayectoria del Partido Comunista de Grecia (KKE), destacando cómo ambas organizaciones comunistas han logrado resistir las tendencias predominantes en otros PC europeos que en su día optaron por la vía del reformismo eurocomunista y, perseverando en la misma, han terminado en la vía muerta de la irrelevancia política y social.
ASCENSO DEL PTB: UNA AMENAZA PARA EL ESTABLISHMENT BELGA
En las recientes elecciones europeas, federales y regionales, el PTB se ha consolidado como una fuerza política a tener en cuenta. A nivel federal, el Partido obtuvo alrededor de un 10% de los votos, con un incremento del 1.23% respecto a las elecciones anteriores. Sólo en Valonia experimentó una ligera disminución del 13.68% al 12.10%. En Flandes y Bruselas capital los resultados fueron impresionantes: un salto del 5.32% al 8.31% en Flandes y un aumento del 13.47% al 20.92% en Bruselas.
Estos resultados dieron un buen susto al establishment político y económico, que rápidamente se las ingenió para buscar formas de excluir al PTB de áreas de influencia política, formando alianzas que incluyen a los liberales del Movimiento Reformador (MR), los Engagés y los socialdemócratas, poniendo en evidencia el miedo que está suscitando la creciente influencia de los comunistas.
El PTB ha logrado movilizar a un electorado amplio y diverso, articulando un discurso centrado en la lucha contra la explotación y la defensa de los derechos de los trabajadores. Este mensaje ha resonado fuertemente en una población cada vez más desencantada con las políticas neoliberales que están dominando la agenda europea.
Pero la capacidad mostrada por el PTB para movilizar a las masas no se está limitando a las urnas. Sus manifestaciones y acciones en la calle están poniendo de manifiesto un compromiso con la lucha popular, que va mucho más allá de la política electoral.
LA FORTALEZA CRECIENTE DEL PARTIDO COMUNISTA GRIEGO
Mientras tanto, por su parte, el Partido Comunista de Grecia (KKE) está demostrando una notable capacidad de resistencia y adaptación. A pesar de las duras políticas de austeridad impuestas por la Unión Europea, el KKE ha mantenido una presencia significativa en el panorama político griego. En las elecciones generales de 2019, el KKE obtuvo un 7.69% de los votos, lo que se tradujo en 21 escaños, consolidándose como la cuarta fuerza política (2) en el Parlamento griego.
No obstante, en el área donde el KKE ha sabido mantener su relevancia es en su fuerte implantación en organizaciones populares y sindicatos. Su influencia en el PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores) (2), uno de los sindicatos más combativos de Grecia, ha sido crucial para la defensa de los derechos laborales y sociales. A través de huelgas y manifestaciones, el KKE ha logrado articular una resistencia efectiva contra las políticas de austeridad, logrando movilizar a amplios sectores de la población trabajadora.
UN CONTRASTE COMPARATIVO CON OTROS PARTIDOS «COMUNISTAS» EUROPEOS
La trayectoria del PTB y del KKE contrasta marcadamente con la de otros Partidos comunistas europeos que en su día adoptaron la vía socialdemócrata o eurocomunista y que, de forma más o menos encubierta, siguen perseverando en ella. Partidos como el Partido Comunista Italiano (PCI) y el Partido Comunista Francés (PCF), que en su momento optaron por un enfoque moderado y colaboracionista, vieron una drástica disminución en su influencia política, cuando no su práctica desaparición del escenario político y social de sus respectivos países.
El celebérrimo Partido Comunista Italiano, que contó en las elecciones legislativas de 1976 con el apoyo de casi el 34%, que se tradujeron en casi 12 millones de votantes, llegando a convertirse en uno de los Partidos comunistas más grandes de Europa Occidental, concluyo disolviéndose como si de un azucarillo se tratara, en 1991.
Transmutado posteriormente en el «Partido Democrático de Izquierda» (PDS), y eventualmente, en el Partido Democrático (PD), a día de hoy, carente ya de la originaria identidad comunista, sus restos languidecen en los extrarradios del sistema, desempeñando el papel, – cuando se lo ofrecen -, de muletillas vergonzantes de las instituciones burguesas italianas.
Por su parte, el Partido Comunista francés (PCF), que en su día fuera la columna vertebral de la clase trabajadora gala, capaz de poner en pie de movilización a millones de trabajadores, no solo ha perdido sus señas de identidad ideológica sino también el apoyo de la clase trabajadora francesa. Sus bandazos ideológicos reformistas han logrado borrarlo del mapa de las referencias de los asalariados franceses. No pocos de sus antiguos votantes han terminado refugiándose en las trampas propagandísticas del partido Le Pen, al constatar que es la única que engañosamente «denuncia» justamente con el propósito de atraer sus votos, las políticas económicas de Bruselas.
Tal es el divorcio de PCF con la clase social que justificaba su existencia, que en las elecciones legislativas del 2017, el PCF obtuvo solo un escuálido 2.72%, con 615.000 votos, a distancias realmente kilométricas de aquel 21.3% y de los 5 millones de votos que obtuvo en las elecciones legislativas de 1969.
Estos ejemplos y otros muchos más, sirven para poner meridianamente de manifiesto cómo el deslizamiento de los grandes Partidos Comunistas europeos hacia las posiciones ideológicas del reformismo socialdemócrata y su propia integración en el sistema político burgués han concluido arrastrándolos a la pérdida de su identidad ideológica y al anonimato de la irrelevancia.
En contraste, sin embargo, tanto el Partido del Trabajo de Bélgica (PTB) como los comunistas helenos del KKE, son actualmente dos organizaciones políticas comunistas que, contra viento y marea, han mantenido un compromiso claro con los principios ideológicos comunistas, sin tratar de enmascarar ante las masas cuáles son sus objetivos revolucionarios y de ruptura con el sistema capitalista. Esa actitud, entre otros factores más, no solo les ha permitido sobrevivir en difíciles circunstancias, sino también crecer en contextos duramente adversos.
LA IMPORTANCIA DE LA COHERENCIA IDEOLÓGICA
Los éxitos políticos del PTB y del KKE radican, sin duda, en la coherencia ideológica mantenida y en su capacidad para conectar con las luchas y necesidades reales de sus respectivas clases trabajadoras. Ambos partidos han sido capaces de resistir a los cantos de sirena del poder y de sus medios de comunicación, que susurrándoles les sugerían, a través de múltiples procedimientos y presiones, la moderación de su discurso ideológico. Esta actitud de resistencia, mantenida en tiempos de bonanza económica se ha visto compensada ahora, en un contexto de creciente desigualdad y crisis económica, en el que una parte importante de la sociedad empieza a buscar a trompicones alternativas reales y revolucionarias al sistema político y económico vigente.
En el caso de estos dos partidos, la coherencia ideológica ha consistido en la movilización y la organización de la calle, en el trabajo paciente en los barrios, en los centros de trabajo, en las Universidades, así como la implantación en organizaciones populares y sindicatos. La conjunción de todo ese trabajo paciente, tanto en tiempos de penumbra como de luces, ha sido crucial para su éxito.
El PTB ha demostrado una capacidad notable para organizar y liderar movimientos sociales, mientras que el KKE ha mantenido su influencia a través de su control y liderazgo en el PAME (1). Estas organizaciones no solo han servido para amplificar el mensaje de ambos partidos, sino que también les ha proporcionado una base sólida de apoyo que va, desde luego, mucho más allá de los resultados puntuales de unas elecciones institucionales, que si bien no cambiaran nada esencial en las estructuras del sistema, sí servirán como una herramienta más para propulsar la lucha de clases y la organización popular.
UN FUTURO CON PERSPECTIVAS
El crecimiento del PTB en Bélgica y la vitalidad del KKE en Grecia están ofreciendo una esperanza renovada para aquellos comunistas que buscan una alternativa al actual sistema socioeconómico. Ambos partidos han demostrado que es posible construir movimientos políticos robustos y eficaces, sin que por ello haya que renunciar a los principios fundamentales del marxismo ni al leninismo, como herramientas teóricas e ideológicas para el trabajo político cotidiano.
En tiempos tenebrosos en los que la extrema derecha amenaza con la implantación del autoritarismo y la militarización del continente europeo, estos Partidos se han posicionado como baluartes de resistencia, cuyo ejemplo puede servir para inspirar a otros movimientos de izquierda en Europa e, incluso, más allá de ese continente.
La historia ha mostrado que, ante la adversidad, siempre surge la posibilidad de resistencia y cambio, y los ejemplos del PTB y el KKE parecen ser una prueba de ello. Su éxito radicará no solo en su capacidad para ganar votos, sino sobre todo, en su habilidad para movilizar y organizar a las masas y, simultáneamente, mantener la coherencia con el uso de aquellas herramientas ideológicas que les servirán de guías para la acción.
(1) En las elecciones legislativas de junio de 2023 en Grecia, el Partido Comunista de Grecia (KKE) ocupó el cuarto lugar en el ranking de partidos. Obtuvo el 7.69% de los votos, lo que se tradujo en 21 escaños en el Parlamento griego (Wikipedia) (Ekloges Ypes). Los tres partidos que lo precedieron en número de votos fueron:
- Nueva Democracia (ND): 40.56% de los votos, obteniendo 158 escaños.
- Syriza: 17.83% de los votos, con 47 escaños.
- PASOK – Movimiento para el Cambio: 11.84% de los votos, alcanzando 32 escaños (POLITICO) (Ekloges Ypes).
(2) El PAME (Pankósmia Agonistikí Kinisi, en griego Πανεργατικό Αγωνιστικό Μέτωπο) es el Frente Militante de Todos los Trabajadores de Grecia. Fundado en 1999, es una confederación sindical de carácter clasista y combativo, afiliada al Partido Comunista de Grecia (KKE). Su principal objetivo es defender los derechos de los trabajadores y luchar contra las políticas neoliberales y de austeridad impuestas tanto a nivel nacional como europeo.
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