insurgente
  • Inicio
  • Estado Español
  • Insurgencias
  • Internacional
  • Artículos
  • Convocatorias
  • Editoriales
  • Publicaciones
  • Referencias y Referentes
  • Inicio
  • Estado Español
  • Insurgencias
  • Internacional
  • Artículos
  • Convocatorias
  • Editoriales
  • Publicaciones
  • Referencias y Referentes
No Result
View All Result
No Result
View All Result
Home Artículos

MARINA PARÉS. Llamamiento por el Derecho a la Vivienda: un dilema y muchas sombras

“Si hay una tarea sindical imprescindible, es la creación de alternativas a la trituradora de esperanzas revolucionarias que hoy representan a sindicatos como CCOO y UGT”

in Artículos
MARINA PARÉS. Llamamiento por el Derecho a la Vivienda: un dilema y muchas sombras

Llamamiento por el Derecho a la Vivienda: un dilema y muchas sombras

Son días intensos. Sólo la semana pasada vimos cómo el martes se producía el desahucio de la Antiga Massana y esa misma tarde 10.000 personas se movilizaban para manifestarse en contra. Y, a finales de semana, el Sindicato de Alquiladoras era capaz de poner en el centro la problemática del desahucio con una gran proyección comunicativa y capacidad de movilización.

El martes, la Antigua Massana; jueves y viernes, Casa Orsola. Y, en medio de éstos, se anunciaba la creación de una plataforma liderada por sindicatos como CCOO y UGT, con el apoyo de una parte del Movimiento por la Vivienda. Una plataforma que pretende «ser un espacio para convocar movilizaciones en defensa del derecho a la vivienda».

CCOO y UGT han estado, durante años, ausentes en esta lucha, y ahora, en una etapa decisiva de la problemática de la vivienda, intervienen e intentan capitalizar la creciente movilización. Ya lo vimos durante la movilización del 23N, nada nuevo. Ésta ha sido su función en las últimas décadas: canalizar el descontento social hacia el marco de la conciliación de intereses de clase, anulando la potencia política del movimiento obrero y consolidando la vía reformista como opción política deseable por el proletariado.

La sorpresa para muchas no ha sido el movimiento de CCOO y UGT, sino el hecho de que, dentro de esta nueva plataforma, también forme parte el Sindicato de Alquiladoras y éste es el tema principal que quiero abordar hoy.

Desde las grandes manifestaciones de otoño que la coyuntura presenta síntomas de apertura de un posible nuevo ciclo de movilizaciones. La crisis de vivienda es la principal preocupación social y los agentes del Movimiento por la Vivienda en el ámbito estatal debemos aprovecharlo para ganar referencialidad y extender socialmente nuestro análisis de la situación y nuestra respuesta: canalizar políticamente este descontento, dirigirlo hacia posiciones que nos permitan romper con la lógica de movilización-institucion.

Para nosotros, es importante clarificar las tareas que tenemos las revolucionarias que participamos en el Movimiento por la Vivienda en momentos de centralidad como ésta.

Por un lado, dar pasos para convertir la lucha por la vivienda en una lucha de masas. Esto implica conseguir que la centralidad actual del problema de la vivienda se traduzca en una organización efectiva. Por otra parte, que ésta refuerce a aquellos sindicatos que no sean asimilables por el programa de la izquierda institucional y que empiecen a caminar hacia la construcción de una alternativa política revolucionaria.

Se trata de aprovechar el protagonismo actual de la vivienda dentro de un proceso general de acumulación de fuerzas, en el que las labores de hoy nos permitan construir un terreno más favorable para las del mañana.

Este papel de la vivienda es paralelo a un Movimiento por la Vivienda catalana que se encuentra en proceso de rearticulación. El Sindicato de Alquiladoras ha afianzado su posición central, mientras que el Sindicato de Vivienda Socialista de Cataluña se encuentra en un momento de expansión y consolidación en su primer año de vida. A su vez se está impulsando una confederación sindical que se formalizará después del II Congreso de Vivienda de Cataluña. Un Congreso en el que también se refrendará la creación de una Mesa Sindical que permita coordinar a estos agentes nacionales y constituya el espacio unitario del sindicalismo de vivienda catalana. Estas organizaciones se enfrentan a un contexto de crisis de vivienda y creciente movilización, pero también deben hacer frente a la apropiación oportunista por parte de plataformas externas, desde sindicatos como CCOO y UGT, hasta partidos políticos parlamentarios.

Centralidad en aumento, proceso de rearticulación e intentos de cooptación por el reformismo. Ésta es la situación con la que tenemos que trabajar las revolucionarias ahora mismo. Como mínimo, todos los agentes que formamos parte deberíamos establecer un cordón sanitario contra la influencia de la izquierda parlamentaria y las burocracias sindicales, para referenciar y defender el potencial de las coordenadas revolucionarias desde las que sectores importantes del Movimiento por la Vivienda catalana llevamos años trabajando.

Si hay una tarea sindical imprescindible, es la creación de alternativas reales a la trituradora de esperanzas revolucionarias que hoy representan a sindicatos como CCOO y UGT. Hay que evitar caer en tacticismos que, a pesar de parecer efectivos a corto plazo, siempre acaban pasando factura. Y, en este caso, la alianza con estos actores es una línea que no deberíamos cruzar si compartimos la voluntad de que el sindicalismo contribuya a hacer avanzar posiciones en la lucha de clases.

Al fin y al cabo, la insistencia en la necesidad de trabajar con independencia política cobra mayor importancia que nunca en momentos como éste. Porque cuando no existe una estrategia clara, cuando las estrategias son difusas, la visibilidad mediática puede ser el mejor aliado del oportunismo. Y eso, nada tiene que ver con rechazar ese protagonismo y con esto hay que ser claros: necesitamos sindicatos de masas, y esto debe pasar indudablemente por tener centralidad mediática. Pero una centralidad que debe combinar las dosis exactas de entusiasmo y paciencia revolucionaria.

Y no, esto no es una defensa de permanecer en la marginalidad para salvaguardar una especie de pureza ideológica. Esto es una defensa de la premisa por la que los medios deben ser coherentes con los fines. Es una defensa de la labor histórica que las revolucionarias debemos llevar a cabo en las luchas económicas: convertirlas en escuelas políticas que movilicen a los sectores más amplios posibles de la clase trabajadora, bajo un programa de superación del sistema capitalista. En resumen.

Para nosotros cobra vital importancia que las revolucionarias que participamos del sindicalismo de vivienda sitúemos con claridad en qué coordenadas queremos enmarcar la centralidad que hoy se nos presenta. Y vemos peligroso que Llogateres lo intente aprovechar para bascular de forma tacticista entre plataformas con UGT/CCOO y convenios con la confederación que saldrá del II Congreso.

Por tanto, lo que hay que preguntar en Llogateres es: ¿qué hace avanzar más, hoy, la lucha de clases? ¿Convertir esa relevancia que tiene hoy la vivienda en un camino que rompa con la dependencia de los partidos y sindicatos socialdemócratas que ha marcado en los últimos años, o, en cambio, intentar intervenir en un espacio liderado por sindicatos como CCOO y UGT para conseguir, aunque sea de forma muy limitada, radicalizar alguna medida? Para nosotros, la respuesta está clara.

Si algo ha sido consenso en los debates generados durante el proceso del II Congreso, es la imposibilidad de superar el problema de la vivienda sin superar el capitalismo. Para nosotros, compartir este objetivo final no es sinónimo de compartir las tareas que se nos presentan hoy en día. Sin embargo, lo que sí tenemos claro es que las coordenadas en las que se ha movido una parte relevante del Movimiento por la Vivienda estos últimos años son genuinamente revolucionarias y que será necesario que éstas se mantengan firmes cuando el temporal mediático haga bailar las certezas que nos han hecho avanzar hasta aquí.

——————————————

Crida pel Dret a l’Habitatge: un dilema i moltes ombres

Són dies intensos. Només la setmana passada vam veure com dimarts es produïa el desnonament de l’Antiga Massana i aquella mateixa tarda 10.000 persones es mobilitzaven per manifestar-s’hi en contra. I, a finals de setmana, el Sindicat de Llogateres era capaç de posar al centre la problemàtica del desnonament amb una gran projecció comunicativa i capacitat de mobilització.

Dimarts, l’Antiga Massana; dijous i divendres, Casa Orsola. I, enmig d’aquests, s’anunciava la creació d’una plataforma liderada per sindicats com CCOO i UGT, amb el suport d’una part del Moviment per l’Habitatge. Una plataforma que pretén “ser un espai per convocar mobilitzacions en defensa del dret a l’habitatge”.

CCOO i UGT han estat, durant anys, absents en aquesta lluita, i ara, en una etapa decisiva de la problemàtica de l’habitatge, intervenen i intenten capitalitzar la mobilització creixent. Ja ho vam veure durant la mobilització del 23N, res de nou. Aquesta ha sigut la seva funció les darreres dècades: canalitzar el descontentament social cap al marc de la conciliació d’interessos de classe, anul·lant la potència política del moviment obrer i consolidant la via reformista com a opció política desitjable pel proletariat.

La sorpresa per a moltes no ha estat el moviment de CCOO i UGT, sinó el fet que, dins d’aquesta nova plataforma, també hi formi part el Sindicat de Llogateres i aquest és el tema principal que vull abordar avui.

Des de les grans manifestacions de la tardor que la conjuntura presenta símptomes d’obertura d’un possible nou cicle de mobilitzacions. La crisi d’habitatge és la principal preocupació social i els agents del Moviment per l’Habitatge en l’àmbit estatal ho hem d’aprofitar per guanyar referencialitat i estendre socialment la nostra anàlisi de la situació i la nostra resposta: canalitzar políticament aquest descontentament, dirigir-lo cap a posicions que ens permetin trencar amb la lògica de mobilització-institucionalització que ha caracteritzat aquesta lluita.

Per a nosaltres, és important clarificar les tasques que tenim les revolucionàries que participem en el Moviment per l’Habitatge en moments de centralitat com aquest.

D’una banda, fer passos per convertir la lluita per l’habitatge en una lluita de masses. Això implica aconseguir que la centralitat actual del problema de l’habitatge es tradueixi en una organització efectiva. D’altra banda, que aquesta reforci aquells sindicats que no siguin assimilables pel programa de l’esquerra institucional i que comencin a caminar cap a la construcció d’una alternativa política revolucionària.

Es tracta d’aprofitar el protagonisme actual de l’habitatge dins d’un procés general d’acumulació de forces, en què les tasques d’avui ens permetin construir un terreny més favorable per a les del demà.

Aquest paper de l’habitatge és paral·lel a un Moviment per l’Habitatge català que es troba en procés de rearticulació. El Sindicat de Llogateres ha afiançat la seva posició central, mentre que el Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya es troba en un moment d’expansió i consolidació en el seu primer any de vida. A la vegada s’està impulsant una confederació sindical que es formalitzarà després del II Congrés d’Habitatge de Catalunya. Un Congrés en què també es referendarà la creació d’una Taula Sindical que permeti coordinar aquests agents nacionals i constitueixi l’espai unitari del sindicalisme d’habitatge català. Aquestes organitzacions s’enfronten a un context de crisi d’habitatge i de creixent mobilització, però també han de fer front a l’apropiació oportunista per part de plataformes externes, des de sindicats com CCOO i UGT, fins a partits polítics parlamentaris.

Centralitat en augment, procés de rearticulació i intents de cooptació per part del reformisme. Aquesta és la situació amb què hem de treballar les revolucionàries ara mateix. Com a mínim, tots els agents que en formem part hauríem d’establir un cordó sanitari contra la influència de l’esquerra parlamentària i les burocràcies sindicals, per tal de referenciar i defensar el potencial de les coordenades revolucionàries des de les quals sectors importants del Moviment per l’Habitatge català fa anys que treballem.

Si hi ha una tasca sindical imprescindible, és la creació d’alternatives reals a la trituradora d’esperances revolucionàries que avui representen sindicats com CCOO i UGT. Cal doncs, evitar caure en tacticismes que, tot i semblar efectius a curt termini, sempre acaben passant factura. I, en aquest cas, l’aliança amb aquests actors és una línia que no hauríem de creuar si compartim la voluntat que el sindicalisme contribueixi a fer avançar posicions en la lluita de classes.

Al cap i a la fi, la insistència en la necessitat de treballar amb independència política pren més importància que mai en moments com aquest. Perquè quan no hi ha una estratègia clara, quan les estratègies són difuses, la visibilitat mediàtica pot ser el millor aliat de l’oportunisme. I això, no té res a veure amb refusar aquest protagonisme i amb això cal ser clars: necessitem sindicats de masses, i això ha de passar indubtablement per tenir centralitat mediàtica. Una centralitat, però, que ha de combinar les dosis exactes d’entusiasme i paciència revolucionària.

I no, això no és una defensa de romandre en la marginalitat per salvaguardar una mena de puresa ideològica. Això és una defensa de la premissa per la qual els mitjans han de ser coherents amb els fins. És una defensa de la tasca històrica que les revolucionàries hem de dur a terme en les lluites econòmiques: convertir-les en escoles polítiques que mobilitzin als sectors més amplis possibles de la classe treballadora, sota un programa de superació del sistema capitalista. Ras i curt.

Per nosaltres pren vital importància que les revolucionàries que participem del sindicalisme d’habitatge situem amb claredat en quines coordenades volem emmarcar la centralitat que avui se’ns presenta. I veiem perillós que Llogateres l’intenti aprofitar per bascular de forma tacticista entre plataformes amb UGT/CCOO i convenis amb la confederació que sortirà del II Congrés.

Per tant, el que cal preguntar a Llogateres, és: què fa avançar més, avui, la lluita de classes? Convertir aquesta rellevància que té avui l’habitatge en un camí que trenqui amb la dependència dels partits i sindicats socialdemòcrates que ha marcat els últims anys, o, en canvi, intentar intervenir en un espai liderat per sindicats com CCOO i UGT per aconseguir, encara que sigui de manera molt limitada, radicalitzar alguna mesura? Per nosaltres, la resposta és clara.

Si alguna cosa ha estat de consens en els debats generats durant el procés del II Congrés, és la impossibilitat de superar el problema de l’habitatge sense superar el capitalisme. Per nosaltres, compartir aquest objectiu final no és sinònim de compartir les tasques que se’ns presenten avui per arribar-hi. El que sí que tenim clar, però, és que les coordenades en què s’ha mogut una part rellevant del Moviment per l’Habitatge aquests últims anys són genuïnament revolucionàries i que caldrà que aquestes es mantinguin fermes quan el temporal mediàtic faci ballar les certeses que ens han fet avançar fins aquí.

(Horitzó Socialista)

ShareTweetShare

Nuestro Boletín

  • Inicio
  • Estado Español
  • Insurgencias
  • Internacional
  • Artículos
  • Convocatorias
  • Editoriales
  • Publicaciones
  • Referencias y Referentes

No Result
View All Result
  • Inicio
  • Estado Español
  • Insurgencias
  • Internacional
  • Artículos
  • Convocatorias
  • Editoriales
  • Publicaciones
  • Referencias y Referentes