Es la segunda vez en un mes, miembros de la Organización Socialista de Mujeres de ITAIA han salido a las calles contra la mercantilización de la reproducción. A mediados de junio se llevó a cabo una protesta frente al hotel Barceló Nervión de Bilbao (Bizkaia), contra la reunión que estaba celebrando la asociación ANACER de reproducción asistida. Ayer por la tarde volvieron a movilizarse en la capital vizcaína, pero esta vez frente al centro de Azkuna: ayer comenzó en ese edificio el primer congreso internacional sobre gestación subrogada. ¡Lucha contra la mercantilización de la reproducción! Un nutrido grupo de personas se unieron a la protesta para pedir el fin de vientres de alquiler.
ITAIA considera que “el capitalismo necesita constantemente la apertura de nuevos sectores de mercado para seguir aumentando sus rendimientos económicos. El mercado del alquiler es otra oportunidad para alimentar ese anhelo de poder, y la tendencia al alza de esta práctica responde a ello”.
La organización de mujeres integrada en el Movimiento Socialista expresó también que “la normalización de esta práctica requiere aceptación social y, por eso, es grande el trabajo que realizan las agencias y empresas para vender úteros como práctica solidaria”, y añadió: “Muchas veces utilizan la infertilidad, las nuevas formas familiares y las situaciones de soltería para justificar el fenómeno. En otros casos, se centran en la decisión que toman las mujeres que alquilan sus úteros”.
ITAIA subrayó que “la deshumanización del proceso [de úteros de alquiler] es extrema”, porque “esta práctica, que desde fuera se ve tan bonita, legitima la explotación reproductiva de miles y miles de mujeres”.
También advirtió que muchas de las mujeres reclutadas para tal fin son “mantenidas en un estado de esclavitud” relacionado con el embarazo, “sin ningún contacto y totalmente controladas”.
La militancia de ITAIA denunció que “muchas han sido engañadas por la falsa esperanza de una vida mejor; otras mujeres recurren a esto para salir de la pobreza en la que viven; y una de ellas, quizás, ha decidido quedarse embarazada sin dinero”. Y hacen hincapié de que estas situaciones no pueden “comprenderse aisladamente”, ya que “son fundamentales para la existencia del mercado de la reproducción y, por tanto, refuerzan la opresión de las mujeres y el tráfico de niños”.
“La única forma de acabar con este fenómeno es acabar con las condiciones de vida que nos codifican a las mujeres trabajadoras en la pobreza”, aclaró ITAIA, para añadir: “En esa dirección, vemos la necesidad, desde hoy, de poner en primera línea la lucha contra las ideas que perpetúan y normalizan la opresión y que las mujeres, de ser una imagen de máquinas de placer y reproducción, se conviertan en sujetos políticos que contribuyan a acabar con la opresión”.
(Con información de Gedar e ITAIA)