Mi nombre es Elsa Sánchez y soy la mujer de Héctor Germán Oesterheld: famoso en el mundo por haber escrito la historieta El Eternauta. En la época trágica de este país (Argentina) desaparecieron a mis cuatro hijas, mi marido, mis dos yernos, otro yerno que no conocí, y dos nietos que estaban en la panza. Diez personas DESAPARECIDAS en mi familia.
Milei y los desaparecidos
Milei representa la negación de la destrucción humana, él lo sabe, es un pelele que vive de enriquecer a la oligarquía, a la vez destruyendo las conquistas logradas por los trabajadores ¿De qué podría vivir un desecho social semejante sino como esbirro del capital que representa? Lado oscuro y tétrico que niega los más elementales derechos sociales, carga y tormento que ningunea, niega y miente causando victimas, desequilibrio económico, poder de corrupción, monstruo en manos de las grandes empresas en venta del país. Siglo XXI anda sobrado de gobiernos y presidentes que se multiplican en jerga fascista como en tiempo del portugués Salazar, Trujillo, Fujimori, Videla, Pinochet, Franco… todos los presidentes sin excepción norteamericanos y aliados en todos los campos de tiro, tipo Netanyahu, o fascistas pantomimas como Milei y Zelenski entre varios cientos militarizados de facto hasta la pezuña y oreja por toda Indoamérica financiados por la CIA mediante el Operativo Cóndor. Hablo de presidentes con su carnaza de pelotones dirigidos como ‘zombis’, humanos perforados, animalizados, corrosivos y asesinos que encarnan el poder militar y delincuencia política que pretenden darla por buena. Y también de un pueblo argentino que reivindicó no solo mejoras salariales, sociales, políticas y económicas también revolución, de el hablo de ese 50 % ajeno a toda escoria envalentonada en lengua de serpiente -con un Milei marioneta en sus garras, un demente alienado payaso que ruge como león de feria, pretencioso deforme de reventar su idiosincrasia e historia, su potencial antiimperialista, anticolonialista, antisionista y capitalista-. Hablo de Argentina más allá de la evangelización de cristianos y fascistas, de pro-sionistas, nazis y jerarcas instalados a cuerpo de rey desde sus primeros días y noches llegando a ella como un insulto, al engaño de una sociedad que ha dado grandes genios de la cultura, profesionales e intelectuales de escritores y periodistas sin parangón en el mundo y un gran aluvión de artistas en todos los campos del arte, y sobretodo, por encima de cualquier duda y discordancia, gente digna y responsable, buenos revolucionarios como sus vecinos uruguayos y chilenos y otros países del continente como Cuba, México… huella de maravillosas y entrañables personas muchas de ellas perseguidas, torturadas, desaparecidas.
Es el caso del argentino desaparecido H. G. Oesterheld de Buenos Aires 1919-1977. Impulsó su creatividad y militancia en la que destacó como escritor de ciencia ficción y novela, autor de historias y personajes como el Sargento Kirk, Bull Rocket o El Eternauta considerada obra maestra. Lo que resultado de un arte y mente culta y lúcida con un talento e ingenio desbordante de imaginación y una crítica al capitalismo en todas sus fases colonialismo e imperialismo. Creciendo gigante su sociabilidad y personalidad propia dentro de un sistema que apuesta por desaparecerlo cuando más crecía y creaba a la vez que reforzaba y adquiría compromiso político de ideología inconfusa. Realizó junto a Alberto y Enrique Breccia una biografía en historieta: Vida del Che, publicada en 1968, secuestrada y destruida por los esbirros censores de la dictadura. Completa como respuesta una nueva versión más política en 1969 ‘El Eternauta’ con dibujos de Alberto Breccia. El compromiso político se aferra a él y a toda su obra además de a todas sus hijas. Nos encontramos en la década de los 70 en que manifiesta una madurez brillante y comprometida, respuesta en reflejo antagónico de la situación político represiva que se vive, su decisión de unirse a la agrupación guerrillera compromiso que se refleja por igual en su obra. Destaca la segunda parte ‘El Eternauta II’ ilustrada por otro dibujante Solano López, que debió finalizar metido de lleno en la férrea clandestinidad de aquella época en la que militar podía costarte y le costó la vida.
El desenlace
19 de junio de 1976: Beatriz es la primera de sus hijas detenida y asesinada, la única que su madre pudo recuperar el cadáver, se encontraba en la clandestinidad militando en Montoneros. Se dice que llamó ‘por teléfono a su mamá’ al parecer llevaban tiempo sin verse, al despedirse la joven se dirige a su casa en <<villa miseria>> no llegó a ella.
7 de agosto de 1976: Diana es secuestrada junto a su compañero Raúl ambos militan en Montoneros. Tenían un hijo de un año, Fernando, y estaba embarazada de cuatro meses, detenida por la policía de la provincia de Tucumán junto con su hijo quien fue abandonado como «NN» en la Casa Cuna de la capital tucumana -tras varios intentos fue recuperado por el propio Germán Oesterheld y Elsa Sánchez [Más de 400 niños fueron secuestrados (y robados) «adoptados» ilegalmente por los asesinos de sus padres]. Su linda casa con su olor, sus flores, su vida e historia dentro fue ocupada por el jefe de la policía tucumana <<de apellido Albornoz, junto a su familia >>. Su compañero Raúl fue asesinado en 1977, uno de los torturados vio su cadáver en la Jefatura de Policía. Diana fue vista en la Jefatura de la Policía de Tucumán, y más tarde fue vista en Campo de Mayo (la base militar en las afueras de Buenos Aires) donde debió dar a luz en enero de 1977, se desconoce cómo, cuándo y dónde fue asesinada.
27 de noviembre de 1976: Marina es secuestrada, se encuentra embarazada, al igual que el resto de la familia y compañero milita en Montoneros. Se cree que dio a luz en Campo de Mayo -como su hermana Diana- y que después fue ejecutada.
27 de abril de 1977: Oesterheld padre es secuestrado cinco meses después de Marina. Antes habían sido secuestradas y asesinadas sus hijas, las cuatro habían pertenecido a la Unión de Estudiantes igual que los ‘chicos’ de La Noche de los Lápices: Estela fue secuestrada y asesinada a los 25 años, Diana con un año menos a los 24, Beatriz con 19 años y Marina con 18. El papá fue visto por última vez en uno de los centros clandestinos de detención desde ese momento pasa a formar parte de la larga lista de víctimas del terrorismo. El legado de H. G. Oesterheld es amplio uno de los artistas de trayectoria más extensa de la historieta argentina. No es nada extraño que su influencia perdure y extienda ante nuevas generaciones de artistas así como en medios alternativos del que consideran uno de los padres de la historieta argentina moderna… en salto cuantitativo de historia inquisitiva, dictatorial y criminal a formar parte de los 30 000 »desaparecidos» durante la cívico-militar dictadura argentina etiquetada en: Proceso de Reorganización Nacional año 1976 (1983). Tanto sus hijas como sus yernos fueron detenidos justo el año del bautizo del monstruo Videla -1976- quien encarnó el engendro del paso militarista a la ‘reconciliación nacional’ basada en el genocidio de la oposición política de lo más activo, culto y consciente de la sociedad argentina, en respuesta dijo de su compañero la propia Elsa:
<<Si bien Héctor era el más expuesto por ser mundialmente reconocido por sus guiones, fue el que mejor se camuflaba cuando militaba en la clandestinidad>>… -¿Qué paso… quién dirigió e implicó tan sibilinamente en la feroz persecución de los Oesterheld, quién intervino además de uniformados hasta destruir su raíz con tal sadismo, su propia vida y la de sus hijas y yernos, dónde los hijos que llevaban en la panza, dónde están los asesinos que mataron por matar dónde fueron a parar, y los de otras familias de desaparecidos… acaso como héroes los que siguieron tomando su matecito en los cuarteles, disfrutando en calles y teatros con sus por igual mujeres… quién les vio transitar calles qué les sugirió verlos por qué tan anchos y panchos quedaron su gran mayoría de vidorra obstaculizando, enturbiando y hasta volviendo a asesinar… y hasta mirados a los ojos por los hijos de sus víctimas tratados como papás, dónde los criminales impunes o condenados simbólicamente poco más “de cuatro pelagatos” si diez si veinte si cincuenta tullidos huesos en cuerpo decrépito de mente insultante bañada de sangre? ¿Cómo podrían sus asesinos, los asesinos de todo un pueblo, permitir su biografía profesional de alto compromiso historial de resistencia, El Eternauta que encarnó la militancia, secuestrado aislado y torturado hasta desfigurarlo durante un año o más hasta desconocerse donde y cuándo fue asesinado?
14 de julio de 1977: Estela corrió la misma suerte es la mayor de sus hijas -cuatro rosas junto a su compañera en coro de las cinco más hermosas- casi tres meses después de que fuera secuestrado el ser más bueno, lindo y dulce de sus vidas. La muerte persiguió por igual a su compañero Raúl, tenían un hijo de tres años. Su vivienda fue allanada de militares disfrazados de civil, a la espera, cuando Raúl llegó a su casa, fue herido de disparo logró huir pero murió a las pocas cuadras. Estela llegó una hora después, fue fusilada fuera de la casa en una zona cercana. Parece que un vecino la lleva en su automóvil hasta el hospital Lucio Menéndez de la localidad de Adrogué donde finalmente muere. El hijo de ambos lagrimoso y humillado se lo mostraron como trofeo de guerra a Germán Oesterheld, quien para entonces estaba detenido-desaparecido dentro de un centro clandestino de detención: Algunos medios informan de gente que estuvo con H. G. O. de su paso por centros clandestinos de detención en este caso el de «El Vesubio»: «Su estado era terrible […] Uno de los recuerdos más inolvidables que conservo de Héctor fue el de la Nochebuena de 77. Los guardianes nos dieron permiso para sacarnos las capuchas y para fumar un cigarrillo. Y nos permitieron hablar entre nosotros cinco minutos. Entonces Héctor dijo que por ser el más viejo de todos, quería saludar uno por uno a todos los presos que estábamos allí. Nunca olvidaré aquel último apretón de manos».
Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)