Los clérigos de la Edad Media exigían un 10% de las cosechas al pueblo. El nuevo feudalismo financiero ha decidido elevar por cuatro esa barbarie. Así, según un estudio publicado en estos días y titulado “Relación de salarios y vivienda en alquiler en 2023”, el año pasado el español promedio tuvo que dedicar el 43% de su salario a pagar el alquiler de la vivienda. Dos puntos más que en 2022. ¡Menos mal que Sánchez no ha dimitido!
Así, según los datos de Fotocasa, en 2023 el precio de la vivienda se incrementó un 5,7%, situándose en diciembre en 11,66 euros/m2 al mes. Teniendo en cuenta el salario bruto medio de España registrado por InfoJobs (26.245 euros en 2023: 2.187 euros brutos mensuales, divididos en 12 pagas), un 43% del sueldo se va al pago de una vivienda de 80 metros cuadrados en alquiler. De un bolsillo capitalista a otro. ¿De qué sirve entonces subir el salario mínimo nominal?
Pero la cosa es aún peor, porque, si tomamos en cuenta el salario más común en España (18.502 euros brutos anuales, según el INE), lo destinado a la vivienda supera el 60% del sueldo mensual. Y el porcentaje no ha parado de crecer en los últimos cinco años. De hecho, a tenor de los datos recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística, y correspondientes al Índice de Precios de la Vivienda en Alquiler (IPVA), el precio del alquiler de vivienda en España aumentó un 2,7% en 2022. Es decir, que los especuladores se pasaron literalmente por el forro el 2% que, en teoría, el Gobierno había establecido como tope legal. ¿De qué sirve un gobierno que se echa la foto pero luego no hace cumplir sus propias leyes?
Por otro lado, el precio para comprar una vivienda ha registrado este febrero una disparatada subida del 7,2% respecto al mismo período del año pasado, situándose en 2.056 euros el metro cuadrado, según el último índice de precios inmobiliarios de Idealista. La subida de tipos de interés, aplicada por el Banco Central Europeo para proteger las grandes fortunas (conteniendo la inflación), ha supuesto un encarecimiento de la financiación. Si los tipos suben, las hipotecas se encarecen porque los bancos endurecen las condiciones; tanto que en nueve ciudades de España las hipotecas ya superan a los alquileres.
Pero hay más: el 60% de las compras de vivienda en España ya se realizan sin hipoteca. Los datos del INE y del último informe de Funcas son claros: menos de cuatro de cada diez compraventas requirieron hipoteca. Más de la mitad se pagaron “a tocateja”. De los 832.756 inmuebles que se vendieron de enero a octubre del año pasado (el último dato disponible), solo 323.998 se compraron mediante una hipoteca, el 38,9%. ¿Quién puede permitirse pagar a tocateja cientos de miles de euros? ¿Quién está comprando todas estas viviendas entonces?
Obviamente, inversores mayoristas que no las compran para vivir, sino para especular; y que las compran por cientos o por miles. En particular, fondos de inversión como Blackrock: el mayor inversor financiero del mundo, con nueve billones de activos repartidos por todo el planeta que equivalen al PIB de Alemania, Francia e Italia combinados, o a lo que produciría la economía española en seis años. Propietario también del 20% de Naturgy, además de tener participación significativa (más de un 3%) en otras 19 empresa del Ibex-35. ¿El mejor de los mundos posibles?
Los propios Estados están endeudados (más aún desde que el BCE dejó de comprar y reinvertir en deuda pública el año pasado) a esta mafia capitalista que nos invade (ella sí) desde el extranjero, que encarece nuestras facturas del gas y la luz, nuestra hipoteca, el precio de nuestra vivienda y nuestros alquileres. ¿Por qué los de la pulserita de España no exigen echar a palos a esta gentuza, sino ponerles la alfombra roja desregulando el flujo de capitales?
Pero tampoco los de la pulserita arcoiris son referente de nada. Todo el mundo está de acuerdo en España en que los jóvenes no pueden acceder a la vivienda, pero el gobierno no hace nada. ¿Tendrá algo que ver que Blackstone y Blackrock sean los mayores caseros de España? Todo el mundo considera inmoral que la banca española no remunere el ahorro de los hogares y luego eleve el coste de las hipotecas, pero el gobierno no hace nada. ¿Tendrá algo que ver que Blackrock tenga una participación del 5% o superior en el Santander, BBVA y Caixabank? En cada bar de España se maldice a las eléctricas y energéticas por subir el precio de la luz y forrarse a costa de la gente, pero el gobierno no hace nada. ¿Tendrá algo que ver que Blackrock tenga también participaciones que superan el 5% en Enagás, Iberdrola y Repsol?
Habrá que tirar a la basura todas esas pulseritas e ideologías distractivas, movilizándonos como pueblo desde la premisa del qui prodest: la lucha contra la carestía de la vida implica, necesariamente, la lucha contra los oligarcas que se benefician de ella.