Mientras los políticos institucionales de los países capitalistas insisten (de manera interesada, por supuesto) en la “reconciliación” entre las clases sociales, y mienten al decir que desde dentro del sistema se puede cambiar a éste, en la República Popular Democrática de Corea (RPDC) subrayan que “no debe existir colaboración ni coexistencia entre clases en la sociedad capitalista”.
A través de un artículo publicado hace unos días, lo expresó en sus páginas el diario Rodong Sinmun, que es el Órgano Oficial del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea. Esta es la información facilitada al respecto por ACNC.
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Los politiqueros de los países capitalistas vienen describiendo el capitalismo como la sociedad donde las clases colaboran y los obreros y capitalistas conviven de manera pacífica como resultado de la implementación del ideal sobre la “igualdad de todos”.
Pero, no se puede encubrir ni eliminar nunca las contradicciones entre las clases de la sociedad capitalista que se exacerban cada día más.
Así señala el diario Rodong Sinmun, Órgano Oficial del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, en un artículo individual difundido este jueves y prosigue:
La causa principal de ello está en que las masas populares son el blanco de la política, en lugar de decidirla como dueñas del poder, y viven excluidas de las actividades políticas.
Todas las estructuras institucionales de la sociedad capitalista son extremadamente reaccionarias porque permiten a un puñado de privilegiados mantener su posición dominante y justificar la opresión y explotación a las masas trabajadoras que ocupan la mayoría abrumadora.
Además, se agrandan cada día más las diferencias entre los ricos y los pobres.
En ese modelo social, un puñado de la gente privilegiada se apodera de todos los medios de producción y enormes riquezas, mientras la abrumadora mayoría de masas populares lleva una vida depauperada.
Así se agrava la desigualdad de vida material mientras se aumenten los bienes materiales y los integrantes de la capa media también viven angustiados por la posible caída en la miseria.
De veras, es imposible resolver las contradicciones clasistas de la sociedad capitalista en decadencia donde reinan el individualismo y la ley de selva y proliferan los males de toda índole.