El asesinato de Gadafi en 2011 ha significado un silenció absoluto de lo que ocurre en Libia. Estos años Libia no ha existido, tal y como acordaron los pro-OTAN y sus títeres mediáticos. El reparto del botín por parte de las potencias occidentales trajo consigo bandas de mercenarios que controlaban tal o cual zona, dejando un país dividido y envuelto en el más absoluto de los caos. Sin embargo, no se menciona.