El ministro de Exteriores de Rusia, Lavrov, dijo tras la reunión que “Agradecemos a China su postura objetiva y equilibrada, su voluntad de desempeñar un papel positivo en la cuestión de la solución política y diplomática. Los conocidos 12 puntos que presentó el año pasado expresan claramente la necesidad de considerar las causas profundas de este conflicto y los esfuerzos por resolverlo, tanto en el contexto de garantizar una seguridad justa e indivisible en Europa, como en el mundo», subrayó Lavrov.
El canciller ruso destacó la determinación de ambos países “de contrarrestar los intentos de frenar la formación de un mundo multipolar, de frenar los procesos de democratización y justicia que desde hace mucho tiempo están llamando a la puerta del orden mundial moderno, y de detener el hecho de que Washington y sus aliados intenten perpetuar su injusta posición en el sistema internacional”.
Lavrov subrayó su compromiso de unir fuerzas para luchar contra el terrorismo a través de mecanismos multilaterales. Al mismo tiempo transmitió junto a su anfitrión una enérgica condena sobre las sanciones unilaterales contra Rusia. «Son un típico acto de intimidación, que viola el derecho internacional, un orden internacional justo y legítimo, y que además va en contra de la tendencia del desarrollo y el progreso mundial».
El funcionario chino comunicó que esta visita forma parte de las «actividades diplomáticas habituales», y que otros gobiernos no deben «infringir los derechos e intereses legítimos del país asiático o de sus empresas. Menos aún instigar un enfrentamiento entre bloques».
En palabras de Wang, “los lazos bilaterales deben basarse en la no alianza, la no confrontación y el no ataque a terceros”. Ambos abogan por “la búsqueda del diálogo en lugar de la confrontación, y se oponen a cualquier hegemonía o mentalidad de guerra fría promoviendo la construcción de una comunidad global de futuro compartido”.