Manu Pineda ha sido eurodiputado por Izquierda Unida (en las próximas elecciones se presenta con Sumar) y es secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de España (PCE) que, abrazado a la socialdemocracia, está en las antípodas de ser lo que fue cuando lo lideró José Díaz. No voy a recordar qué tuvo que hacer dicho partido (que hoy de comunista no tiene nada) para ser legalizado, y qué nefasto papel jugó en la llamada Transición que nunca se produjo, pues el Estado aún mantiene intactas sus estructuras franquistas.
Si nombro al partido en el que milita Pineda y ejerce el mencionado cargo es porque, antes a través de Unidas Podemos y ahora de SUMAR, ha formado y forma parte del Gobierno español. Y conocido es que este Ejecutivo al servicio del capital (por más que Podemos, Sumar, IU, el PCE y toda la socialdemocracia -incluida la vasca, la catalana y la galega- nos digan lo contrario) es imperialista. No hace falta ser un lince para darse cuenta de ello; su política internacional no permite otras lecturas.
Manu Pineda se manifiesta abiertamente contra el fascismo, pero su partido, a través de Sumar y como ya he señalado, forma parte de un gobierno que apoya de manera harto escandalosa al fascismo en Ucrania; hace no tanto tiempo Zelenski pasó por Madrid y le concedió más de mil millones para armas a costa de los y las trabajadoras. En Venezuela también protegió a fascistas como Leopoldo López, que se refugió en la embajada española y se fugó a España con la ayuda del gobierno español (aquí el PCE formaba parte del mismo a través de Unidas Podemos). ¿Y qué decir del reconocimiento al golpista y títere de la Casa Blanca Juan Guaidó? ¿Acaso el PCE se opuso a tanto atropello por parte del Ejecutivo del que formaba parte? De ninguna manera, continúo perteneciendo al mismo gobierno cuyo presidente, Pedro Sánchez, afirmó que en Cuba no existe democracia.
Ahora Pineda exhibe su defensa del pueblo palestino contra el genocidio del Estado sionista. Lo hace habitualmente a través de sus redes sociales, y lo hizo en el parlamento europeo. Pero resulta que aquí también el gobierno español (PSOE-Sumar), por más que haya reconocido al Estado de Palestina, apoya a los agresores, por ejemplo, vendiéndoles armas, a pesar de que dijeron que desde el 7 de octubre habían dejado de hacerlo.
También son conocidas las manifestaciones de Manu Pineda contra la OTAN.
Y lo hace perteneciendo a un partido cuyo secretario general dijo esto sobre la misma: “Preferiríamos no estar en la OTAN […] pero si formamos parte de una organización internacional y tenemos obligaciones, es obvio que mientras formamos parte tenemos que cumplirlas”.
Con estas palabras, se supone que Enrique Santiago también estará asumiendo, como propias, todas las barbaridades que la OTAN está cometiendo. ¡Vaya una manera de combatirla!
Sí, el PCE forma parte del gobierno más guerrerista y Otanista de la historia de este engendro que llamamos España y no hace nada, absolutamente nada (porque ni puede ni quiere) para abandonar la organización terrorista más grande y sanguinaria del mundo.
Por otra parte, recordar el ensalzamiento de la líder de Sumar (la formación política de la que forma parte el PCE y con la que Pineda se presenta a las elecciones europeas), Yolanda Díaz, en la fiesta del PCE (en 2021, centenario del partido) al jefe del imperialismo mundial, Joe Biden. El mismo inquilino de la Casa Blanca que, tras sustituir a Donald Trump, mantiene el bloqueo a Cuba e incluso lo ha recrudecido.
(El ensalzamiento de Díaz a partir del minuto 38:40)
En definitiva, para el PCE, y por ende para Manu Pineda, la expresión de José Martí “Hacer es la mejor manera de decir” no existe. En su caso, dicen, pero no hacen. Porque está más que claro que desde el gobierno no pueden hacer nada y, sin embargo, pegados a las poltronas como están, tampoco abandonan el mismo, que sería lo más coherente. Pero la coherencia tampoco es algo que les caracterice.
Si no pueden hacer nada desde el gobierno español, mucho menos desde el parlamento de una Unión Europea al servicio y controlada por el gran capital. Por lo tanto, cuando dicen lo contrario (y lo dicen muy a menudo, más ahora que están en campaña) mienten, están vendiendo humo. No seré yo quien se lo compre.
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