Ayer Martes tres sindicalistas de la Coordinadora de Trabajadores de Andalucía (CTA), Paco M. Reme y Verónica, tuvieron que comparecer ante el Juzgado de Instrucción de Montilla por la denuncia por unas supuestas coacciones que un esbirro de la patronal presentó contra ellos. Esta denuncia tiene su origen cuando el denunciante, notorio partidario de la patronal Monsecor, pretendió introducirse en una asamblea que la CTA había convocado para trabajadoras y trabajadores afiliados al sindicato en un local que les había cedido el Ayuntamiento.
Los sindicalistas antes mencionados no dejaron que tal sujeto participase en la asamblea por no ser afiliado al sindicato y por la coacción que supondría para las trabajadoras y trabajadores asistentes la presencia de un agente de la patronal que informaría a ésta sin dilación de cuanto allí se expusiese, lo cual, como es obvio, limitaría la libertad de los y las asistentes a manifestar sus opiniones.
Como estamos en un mundo al revés, resulta que quienes salvaguardan y defienden los derechos de los trabajadores y la libertad sindical son llamados a juicio por quienes pretender seguir ejerciendo el más puro caciquismo y se creen que pueden hacer lo que les de la gana.
Este ataque a la libertad sindical ha sido respondido por la afiliación de CTA, contando con el apoyo de varias organizaciones sindicales, como la Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz de la que acudieron compañeros en solidaridad con los denunciados, teniendo lugar una manifestación en esa localidad cordobesa que terminó ante el Ayuntamiento, exigiéndose que se tomen medidas contra la actitud caciquil de la empresa adjudicataria del servicio de ayuda a domicilio.
Paco Ferrer. CTA.