“Es evidente que el saludo fascista es una ofensa a la sensibilidad individual”, reconoció el abogado general del Tribunal Supremo, Pietro Gaeta, que demostró, no obstante, que no puede haber “sentencias aleatorias” al respecto, según el diario La Repubblica, citado por la agencia Europa Press.
En el primer fallo se tomó como referencia el artículo 5 de la Ley Scelba, que contempla penas y multas de prisión contra aquellos manifestantes que buscan revivir al disuelto partido fascista, mientras que en el segundo se aplicó la llamada Ley Mancino, que prohíbe las manifestaciones de organizaciones, asociaciones, movimientos o grupos cuyos objetivos sean de forma explícita “la incitación a la discriminación oa la violencia por motivos raciales”.
En este último fallo, por tanto, el máximo tribunal de casación pidió acatar la sentencia dictada en 2020, poniendo fin a la disputa legal, ya que es fundamental “distinguir el objetivo conmemorativo del peligro potencial” que tienen estas manifestaciones “para el orden público ”.
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“Para impugnar la Ley Mancino es necesario que exista una organización cuyos objetivos incluyan la discriminación racial y la violencia racial”, señaló, y agregó que en aquella manifestación “conmemorativa” no se cumplieron ninguna de las dos condiciones, por lo que los acusados quedaron absueltos.
La decisión se da poco después de que la Fiscalía de la capital italiana, Roma, abrió la pasada semana una investigación por una concentración de extrema derecha frente a la antigua sede del extinto Movimiento Social Italiano, fundada por seguidores del dictador Benito Mussolini en 1946, apenas un año después de su muerte.
Cientos de militantes de extrema derecha se congregaron en la vía Acca Larentia de Roma para, con el brazo derecho en alto y al grito de consignas ultraderechistas, recordar la figura de tres jóvenes del Frente Juvenil muertos hace 46 años, según recogió la agencia italiana de noticias AdnKronos.
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